Auto Intikalpa fue único representantes de Chile y de Latinoamérica en Australia

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6El único representante del país y de Latinoamérica resultó ser de la Región de Coquimbo y fue diseñado y fabricado por estudiantes, académicos y profesionales del Departamento de Mecánica de la Universidad de La Serena junto a profesionales de empresas colaboradoras, quienes conformaron el equipo Antakari.
16 personas que por más de un año trabajaron arduamente en las diversas etapas de este proyecto que se destaca por el uso y la implementación de la energía solar fotovoltaica para dar funcionamiento a un vehículo que opera solo con la energía captada de la luz solar.
Un proceso que el coordinador académico del proyecto, Mauricio Godoy, definió como complejo debido a la rigurosidad de los controles y procedimientos que deben pasar las universidades del Estado, en especial en un proyecto que requiere de mucha gestión como el traslado del auto solar y la importación de los insumos y tecnología desde el extranjero.
«Cada dos años los autos que compiten llevan la última tecnología mundial, lo último en celdas, las celdas más eficientes se prueban acá, los motores y las baterías más eficientes del mundo actual se prueban en esta competencia, por eso llegan las instituciones más importantes con sus vehículos» explicó el coordinador académico del proyecto Mauricio Godoy.
Una mundial que contó con 28 competidores de instituciones de educación y de investigación de reconocimiento mundial como Universidad de Michigan, Stanford, el MIT, Cambridge, entre otras universidades de Canadá, Japón, Holanda, quienes participaron del evento.
«Llegar a esta competencia es un hito tremendo con un vehículo solar, desde nuestro punto de vista competitivo, porque estamos compitiendo con los mejores del mundo. Llegar implica fabricar un vehículo con la mejor tecnología que podamos adquirir, trasladar el auto y también a las personas y al equipo en su conjunto» agregó Godoy.
Una carrera que inició en la ciudad de Darwin al norte de Australia hasta la ciudad de Adelaida, pero que antes tuvo que pasar por un filtro explicó Godoy, donde tuvieron que sacar una patente australiana, ya que el vehículo debía transitar por las calles y carreteras del país, además de un test de seguridad, un filtro importante debido a que en dicha instancia existía la posibilidad de que vehículos quedaran fuera de la competencia.

Proyectos colaborativos

Una competencia que no solo dejó a Chile dentro de los Top Ten, sino que sirvió como una importante red de contactos y colaboración donde destacaron a profesionales de la Universidad de Appalachian en Estados Unidos, quienes hace unos cinco meses se contactaron con el equipo Antakari para acoplarse y acompañar al equipo chileno con el fin de aprender de ellos.
«Ellos se acoplaron para poder aprender, ellos quieren ahora desarrollar su auto y quieren, primero desarrollarlo para competir aquí en Chile y quieren competir en EEUU donde nos invitaron a carreras que hay en ese país, y quieren competir en dos años más en Australia que es el mundial de autos solares y la competencia más importante del mundo» explicó el director del proyecto y también de Departamento de Mecánica, Carlos Garrido.
Una experiencia que beneficiaría a ambos países con esta colaboración, ya que según señaló el académico, «a ellos les sirve para aprender y a nosotros para poder acceder a tecnología de punta, acá cada dos años se pone a prueba lo último en tecnología solar», una razón que explicaría porque en cada competencia se fabrica una nueva versión del Intikallpa y no se modifican las anteriores.

La tecnología del Intikallpa

Esta cuarta versión del auto solar diseñado y fabricado por el equipo Antakari, tiene un peso de 130 kg y cuenta con una estructura de fibra de carbono, un material resistente y ultraliviano y sus celdas tienen una capacidad de 4 metros cuadrados con un 24,9% de eficiencia.
«El motor eléctrico que se usó tiene un material especial que se llama «tierras raras», lo que aumenta su eficiencia porque disminuye las corrientes parásitas que dan vuelta y que no sirven para nada, ese material hace que esto disminuya y lo hace mucho más eficiente, al igual que las baterías que son de las más eficientes» comentó Godoy.
El chasis del vehículo emplea espuma de carbono y un material llamado honeycomb, material en forma de panal de abeja que por su estructura de aluminio es ultra resistente y liviano.
Intikallpa alcanza una velocidad de 130 km/h, aunque los académicos señalan de eso varía de acuerdo a la luz solar y la carga de las baterías, «la ganancia de una competencia depende de dos variables a parte del motor, que es la mecánica del auto y la parte del control del auto, para tener la eficiencia del uso energético» agregó Garrido.
En la parte mecánica se emplea aluminio aeronáutico, no tiene acelerador y el piloto regula la velocidad mediante un potenciómetro, el que sirve también para frenar, además cuenta con un freno mecánico que debe tener el vehículo por normativa.
Vinculación con el medio y energías renovables no convencionales
«Hay dos tipos de aporte en general, uno que viene desarrollando la universidad y el departamento de ingeniería hace tiempo que es aporte en tecnologías con energías renovables no convencionales, tanto fotovoltaico como también térmico, tenemos laboratorios de energías renovables no convencionales y esa tecnología ha sido transferida a la región» explicó Godoy.
Una labor que les permite traer, transferir y desarrollar tecnología, como la fabricación en materiales de fibra de carbono, entre otros y que según Godoy han podido realizar gracias al trabajo

1 COMENTARIO

  1. …yy? que hay con eso ?…aahh si nos gusta competir y pa salir en los diarios , estamos rre buenos pa las pasarelas pa que nos miren esa es la weaa !

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