Caleta de Guayacán tuvo daños menores

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guLos pescadores afirman que el mar subió hasta seis metros respecto de su nivel habitual.
«Estamos trabajando todos unidos para salir adelante», señaló  Pascual Aguilera, presidente de la Asociación Gremial de Guayacán, gremio de  300 pescadores.
Al ser cooperativa, explica «nos permitió reponernos rápidamente. Si bien nuestros daños fueron serios, comparados con Coquimbo, nuestra pérdida fue mínima».
Ya recuperaron los  contenedores del tipo bins para transporte de jibia. Habían sido arrastrados por el mar. «No quedó ninguno en nuestro patio». Ahora están abocados al tema eléctrico de la grúa y «poder dar una mano a los compañeros de las caletas que perdieron todo».
Aun cuando las amarras estaban reforzadas,   la embarcación con motor «Espartaco» resultó destruida. (Coquimbo Tongoy y Peñuelas suman 200 embarcaciones destruidas).
También sufrieron daños en sus áreas de manejo frente al muelle,
El dirigente describe que  el mar llego casi a  calle Profesor Zepeda.
«El agua baldeó la caleta, el agua llegó sobre los dos metros sobre la losa. El hecho es que estamos en una bahía muy resguardada por lo que el nivel de agua no subió con la misma fuerza que en Coquimbo».

EMPRENDEDORA DEL RINCON JENNY RECONSTRUYE

Acompañada de empleados y parientes,  Jenny Araya,  dueña del restaurante «El Rincón de Jenny» ubicado al interior del terminal pesquero guayacanino cuyo comedor fue  arrancado «de cuajo» por el tsunami, aun con tristeza por la destrucción,  comentó a Diario La REGIÓN la triste experiencia que vivió, cuando encontró el mobiliario y las maquinarias esparcidas en la losa de la caleta y flotando en la bahía.
«Viví algo terrible, yo con mi familia quedamos preocupados por el terremoto, pero al otro día al  venir al negocio a abrir para atender público,  pensando que no había pasado nada grave acá, lo encontramos sin murallas, con todo tirado y las sillas y mesas flotando en el agua. Luego los pescadores me ayudaron a sacarlas del agua, pero esta experiencia no se la doy a nadie y también lamento  lo que le paso a todos los pescadores y a los damnificados también».
La comerciante  agregó que  también perdió insumos que había logrado adquirir con mucho esfuerzo, «yo he apostado mucho con este lugar y mis clientes me llaman y me han dado energía para salir adelante y eso me llena de orgullo. Lo que me da pena también es que  ahora último, compré una máquina para mantener postres que yo mismo hago, y ahora quedo ahí,  mala y lo otro es que nunca en los 15 años de mi negocio, había tenido una freidora para papas y hace una semana, me encalillé y compré una  y cuando llegué al otro día del tsunami, la sentí tanto porque la encontré destruida».
Si bien el gobierno confirmó la entrega de ayuda monetaria y préstamos a comerciantes afectados por la catástrofe,  la locataria manifestó que no recibió esa información, pero indicó que el municipio ya encuestó para una posible asistencia, «este lunes vino una señorita de la municipalidad con una encuesta y  yo le di todos mis datos, pero yo voy a  reponerme de esto por mis medios, para ir arreglando de a poco, para poder atender a mis fieles clientes en estos próximos días si se puede».

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