
La SIAT de Carabineros alerta un aumento del 94% en los decesos por siniestros de tránsito en la Región de Coquimbo. Aunque la infraestructura suele ser el blanco de las críticas, autoridades y especialistas coinciden en que la raíz del problema está en el comportamiento humano. Desde el ámbito formativo y gubernamental, llaman a reforzar la educación vial y el autocuidado.
Por Joaquín López Barraza
La preocupación se intensificó la semana pasada tras dos accidentes fatales ocurridos en las rutas de Ovalle y La Higuera, que dejaron un saldo de siete personas fallecidas. Lejos de ser hechos aislados, estos casos se suman a una tendencia alarmante: hasta junio de 2025, la región registra 71 muertes por siniestros de tránsito, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior.
El instructor Claudio Tejo, de la escuela Automóvil Club de Chile, sucursal La Serena, ha dedicado 15 años a la formación de nuevos conductores. Desde su experiencia, no duda en señalar el principal factor detrás de esta crisis: la toma de malas decisiones al volante. «La falla humana va por sobre todas las cosas, porque está en lo que significa la toma de decisiones. Cuando uno se sube a un vehículo, tiene el control tanto de la maniobrabilidad como de las decisiones. El exceso de velocidad es justamente eso: una mala decisión que uno puede evitar», afirma.
Licencias tempranas y escasa formación: un cóctel de riesgo
Tejo subraya que este tipo de conductas imprudentes, como la agresividad y la prepotencia al conducir, están especialmente marcadas en ciertos segmentos. «Mucha gente joven quiere hacer todo rápido. A los 18 años ya tienen su licencia y se les entrega muy temprano un vehículo, cuando apenas están despertando la madurez. Eso también influye. Es una tradición cultural que hay que revisar», plantea.
A ello se suma, según el instructor, una carencia estructural en la formación. «Solamente el 17% a nivel nacional obtiene su licencia tras pasar por una escuela de conductores. El resto aprende por iniciativa propia, en casa, o con amigos. Entonces salen mal informados, sin conocimientos suficientes para enfrentar los desafíos de la conducción diaria», advierte, y agrega que si bien las escuelas formales imponen mayores exigencias, no pueden compensar la falta de educación vial generalizada.
Además, advierte sobre un fenómeno poco abordado: las diferencias entre zonas urbanas y rurales. «En sectores rurales muchas veces no hay señalética clara, ni iluminación suficiente, y eso genera exceso de confianza. Se ven más adelantamientos riesgosos, más velocidad. No es solo responsabilidad de la infraestructura, pero claramente hay condiciones que contribuyen a estos comportamientos», comenta.
Desde el ámbito institucional, la seremi de Transportes y Telecomunicaciones, Alejandra Maureira, también enfatiza en el rol que cumplen los conductores. «Lamentamos profundamente los últimos siniestros viales sucedidos en nuestra región, en donde personas han perdido la vida. Cada pérdida de una vida humana es una ruptura familiar irreparable y por lo mismo mandamos las condolencias a sus familiares», señaló.
Maureira insistió en que el respeto por las normas más básicas puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. «Respetar la velocidad máxima permitida, no consumir drogas ni alcohol mientras se conduce, no utilizar el teléfono celular y, por cierto, siempre llevar puesto el cinturón de seguridad, hacen la diferencia en un siniestro vial», indicó. También hizo un llamado al manejo a la defensiva y al autocuidado como principios fundamentales de prevención.
La autoridad destacó además que el Ministerio ha reforzado sus acciones para enfrentar esta realidad: «Hemos estado constantemente fiscalizando en coordinación con Carabineros, también realizando campañas educativas para generar conciencia vial y con ello evitar estos lamentables resultados». Entre las medidas implementadas, mencionó la modernización del sistema de licencias mediante la incorporación del documento digital, «que busca mayor control en este importante documento».
Accidentes de tránsito: la otra pandemia que no cede
Mientras que para Carabineros, las cifras ya encendían alertas incluso antes de los últimos accidentes. «Hasta el día de hoy llevamos 64 fallecidos por accidentes de tránsito. Mantenemos 31 más que a la misma fecha del año pasado, lo que equivale a un 94% más. Es casi el doble», advirtió el capitán Eduardo Garrido, jefe regional de la SIAT.
Una mirada más cruda entregó el teniente Mario Soto, quien definió el fenómeno como una crisis estructural. «Los accidentes de tránsito son una pandemia (…) Nos impacta como carabineros, como especialistas en accidentes y también como ciudadanos, que sigan ocurriendo este tipo de hechos con tanta cantidad de fallecidos», lamentó.Las cifras reflejan una tendencia preocupante y persistente. Y aunque las causas están identificadas, el desafío sigue siendo lograr un cambio efectivo en la conducta vial, tanto desde la formación como desde la conciencia individual. Mientras eso no ocurra, la región continuará enfrentando pérdidas evitables en sus caminos.