
Autoridades aseguran que se están realizando avances para revertir la crisis en el área psiquiátrica infanto-juvenil de Coquimbo, dificultad que ha afectado a hospitales nacionalmente por falta de especialistas. Se han planteado medidas a largo y corto plazo.
Por: Valentina Echeverría O.
La falta de recursos en la atención de salud mental infanto-juvenil del Hospital San Pablo de Coquimbo se ha transformado, para muchas familias y trabajadores, en una verdadera emergencia sanitaria. La escasez de camas, profesionales especializados y medicamentos ha dejado a decenas de niños y adolescentes sin el apoyo que requieren, mientras sus cuidadores claman por una solución.
Marcela Olivares, presidenta de la agrupación de padres y familiares de niños en salud mental, Antü-Küyen, hizo una solicitud a los parlamentarios y autoridades regionales a impulsar con rapidez una ley que fortalezca el sistema público de salud mental.
«Hago un llamado urgente a nuestros representantes a que estudien más la ley de salud mental», expresó, subrayando que actualmente el presupuesto nacional destinado a esta área apenas alcanza el 2,5%. «Buscamos que nuestras autoridades puedan de una vez por todas empezar a ver las normas técnicas para este proyecto de ley y que pueda salir de una vez por todas», añadió.
Mauricio Ugarte, dirigente regional de FENATS, advirtió sobre la grave crisis que vive la salud mental en la región, señalando que, en una reunión en conjunto con el directorio del Hospital de Coquimbo, el recinto se comprometió «en este mes de junio a habilitar definitivamente el proyecto de expansión de infantos juveniles».
Ugarte, además insistió en que la región necesita con urgencia un proyecto integral de salud mental y un liderazgo claro para enfrentar una realidad que, según dijo, «está desbordando a las familias, los profesionales y al propio sistema hospitalario». También propuso que, tras el traslado al nuevo hospital, el actual edificio de Coquimbo se convierta en un centro especializado en salud mental.
Estrategias de prevención
Desde el Servicio de Salud Coquimbo, el doctor Sebastián Prieto, subdirector de Gestión Asistencial, reconoció que existe una gran brecha entre las necesidades de salud mental de la población y los servicios disponibles. Indicó que se está trabajando en una transformación del modelo de atención hacia uno más ambulatorio, con presencia en las comunidades que no solo permita atender, sino también prevenir.
«Con equipos ambulatorios podríamos no solamente dar atención a niños, niñas y adolescentes, sino que, al estar dentro de las comunidades, también podremos incorporar estrategias de prevención», explicó.
Actualmente, la región cuenta con solo cinco camas de hospitalización psiquiátrica infanto-adolescente, todas ubicadas en el Hospital de Ovalle. Sin embargo, se espera revertir esta situación con la próxima inauguración de nuevos hospitales en La Serena, Coquimbo e Illapel. «Tenemos la certeza respecto al número de camas que vamos a tener. Esperamos cumplir e incluso sobrepasar la brecha», aseguró Prieto.
Mientras tanto, los servicios de pediatría del Hospital San Pablo se han articulado con psiquiatría infantil para atender los casos menos complejos, lo que ha permitido dar respuesta a casi el 100% de las hospitalizaciones requeridas, según el médico.
Lamentablemente la falta de psiquiatras infantiles sigue siendo el principal obstáculo para su funcionamiento pleno.
El delegado presidencial, Galo Luna, se encuentra al tanto de la situación y aseguró estar comprometido con el fortalecimiento de las agrupaciones de apoyo, «así que vamos a recoger las distintas necesidades que tienen las agrupaciones y convocar una mesa de trabajo. Para el gobierno del presidente Boric, la salud mental ha sido una prioridad desde el inicio», señaló.