La científica farmacéutica y escritora jubilada, radicada en los suburbios de Chicago, ha emprendido una labor pionera: traducir al malayalam su lengua materna. Idioma del estado de Kérala, en el sur de la India. Siendo uno de los 22 idiomas oficiales de la India y es hablado por más de 35 millones de personas. Acercando la voz de la Nobel chilena a lectores que, hasta ahora, apenas la conocían.

Lakshmy M. Nair, originaria de Kerala, India, cuenta con una destacada trayectoria como escritora. Ha publicado la colección de poesía A Lament en inglés, además de traducir textos entre ambos idiomas para revistas en Estados Unidos e India. Sin embargo, su proyecto más significativo ha sido Chiliyude Mannu (La tierra de Chile), una recopilación de cincuenta poemas de Gabriela Mistral traducidos al malayalam, marcando así un hito en la difusión de la poesía latinoamericana en la India.

El descubrimiento de Mistral y una conexión profunda

«Mi hermano, que es un lector voraz, me presentó la poesía de Gabriela Mistral», cuenta Nair. Ese encuentro inicial fue suficiente para generar un vínculo inmediato: «Su poesía tocó mi alma», recuerda. Fascinada por la intensidad emocional y la profundidad humana de los versos mistralianos, comenzó a traducir algunos poemas y a publicarlos en revistas indias. La respuesta fue inmediata: «Los lectores, que nunca habían oído hablar de ella, se enamoraron de sus textos y me pidieron más».

Fue entonces cuando decidió reunir esas traducciones y darles forma de libro. Su motivación, dice, era clara: «Quiero que su nombre sea conocido por personas que viven lejos de América, y que cada vez más personas disfruten de su poesía».

Un viaje emocional a las raíces de Mistral

En marzo de 2024, Lakshmy concretó un sueño: visitar Chile y recorrer la región de Coquimbo, donde nació y creció Gabriela Mistral. «Siento que fue como un sueño», dice emocionada. El viaje no fue planeado inicialmente, pero a fines de enero organizó todo para poder estar allí.

Durante dos semanas, recorrió el país andino y vivió momentos que, según cuenta, nunca olvidará. «Finalmente, cuando visité Vicuña y Montegrande, me puse muy emotiva. Ver el lugar de nacimiento de Mistral, la casa donde su hermana le enseñó, y su tumba en Montegrande, me hizo llorar». Uno de los momentos más significativos fue la entrega de su libro Chiliyude Mannu al Museo Gabriela Mistral.

A pesar de la barrera idiomática —»ojalá hablara español», lamenta—, el contacto con el pueblo chileno y con los lugares que inspiraron a la poeta fortalecieron aún más su vínculo con la obra de Mistral.

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