Luego de las afirmaciones que entregó el presidente regional del partido liderado por Kast, al decir que son un partido de sentido común más que un partido de extrema derecha, figuras del oficialismo responden.

Por René Martínez Rojas

Para los partidos del oficialismo es casi una obviedad clasificar a los republicanos como un partido de extrema o ultra derecha. No así para la colectividad liderada por José Antonio Kast, conocido por sus ideas ultraconservadoras, que hoy ocupa, según la última encuesta Cadem, el primer lugar en la carrera presidencial, incluso por sobre la abanderada de Chile Vamos, Evelyn Matthei.

En la edición del diario La Región de este miércoles, consultado Brian Salazar, presidente regional del Partido Republicano, respecto a si son o no un partido de ultra derecha, respondió que «estamos a favor de un sentido común y estamos por el valor patrio, por los valores de la familia y por el respeto. Por lo tanto, el sentido ultra no sé en qué momento cabría. Por lo mismo, no somos un partido de ultra, sino de sentido común».

Declaraciones que en sectores de izquierda no tardaron en responder, por cuanto argumentaron, en el caso del Partido Socialista, que «más que sentido común, parece sentido del ridículo», comentó Álvaro Valero, presidente regional del PS.

Esto, porque «dicen no ser de ultraderecha, sino de sentido común, entonces me pregunto: ¿el mismo sentido común que niega el cambio climático, que desconfían de las vacunas y que dicen que Pinochet fue un demócrata? Los mismos que se hacen hoy los lesos con el líder de la banda delictual que robaba cables de tendidos eléctricos en la región de Coquimbo, ese con el que se juntaban a comer Kast y Andrés Guerra en su casa…».

Ha generado desigualdades

Matías Riffo, presidente regional del Frente Amplio, esgrimió que cuando uno hace un análisis en política, «lo que uno entiende por ultraderecha en particular no es muy lejano a lo que es el Partido Republicano, así que cómo no llamarles ultra cuando su candidato presidencial va a estas cumbres internacionales a intensificar el mensaje de la ultraderecha global, que tiene que ver con la visión del mundo basado en la exclusión, el miedo y el retroceso de las libertades y los derechos fundamentales…».

Por eso señala que «las cosas hay que llamarlas por su nombre y la ultraderecha, ultraderecha es. Por eso me parece complejo que se desentiendan de un concepto que los define bien. Cómo no llamarlos ultraderecha cuando su interés está en la defensa de un modelo neoliberal que ha generado injusticia y desigualdades y cuando su retórica se centra en el lenguaje violento y patriarcal».

A su juicio, «es evidente este sentido ultra que él desconoce, cuando la estrategia es la defensa permanente de las jerarquías sociales, la defensa de los intereses de las multinacionales y la defensa de las utilidades de los dueños de la AFP. El patriotismo que yo defiendo es el de la justicia, el que protege y defiende a todas las personas, no a ese ideario excluyente sectario que propone el Partido Republicano».

Para la diputada del PC Nathalie Castillo, el Partido Republicano «ha ido en una baja considerable con pérdidas parlamentarias a propósito de su poco sentido común. Esto, porque hoy no representa los intereses de Chile, sino a un sector que apunta a retrocesos sociales que incluso la misma derecha ha tomado distancia, sin mencionar su participación indirecta o no en actos contra la probidad con un diputado desaforado, horas extras y delitos comunes como el robo de cables en la región».

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