En el Mes del Orgullo, la activista y exconcejala de La Serena destaca los avances en la visibilidad de la comunidad LGBTIQ+, pero advierte que persisten deudas como el cupo laboral trans y el acompañamiento integral para jóvenes y familias.

Por: Valentina Echeverría O.

Con actividades culturales, artísticas y sociales, La Serena conmemora este Mes del Orgullo LGBTIQ+, donde las organizaciones de diversidad visibilizan su lucha por la igualdad y el respeto. En ese marco, este viernes se realizó el tradicional Carnaval de la Diversidad por las calles céntricas de la ciudad, organizado por los colectivos Arcángel Discotheque e Igualdad Plena, con el patrocinio de la Municipalidad.

Pamela Salomé, reconocida activista de la diversidad sexual y exconcejala serenense, es una de las impulsoras históricas de este carnaval y del trabajo por los derechos de las disidencias sexuales en la región. En conversación con Diario la Región, asegura que, si bien hay avances en la sociedad, todavía existen brechas importantes que afectan a las personas trans.

«Siempre se puede más», enfatizó, apuntando a los desafíos pendientes, como el acceso al trabajo formal. «Estamos trabajando firmemente por el cupo laboral trans, que es una deuda histórica. Las chicas trans siguen siendo discriminadas por su aspecto y su condición en temas laborales».

A esto se suman otras demandas urgentes, como la reformulación de la Ley Antidiscriminación y la aprobación de la Ley José Matías, proyecto que busca prevenir el suicidio adolescente producto del bullying, especialmente en jóvenes trans. También destacó la importancia del Programa de Acompañamiento a la Identidad de Género (PAIG), que pese a haber sufrido rechazos en su tramitación, debe reforzarse para apoyar a adolescentes y a sus familias, tanto en lo jurídico como en lo psicológico.

En cuanto a los cambios que ha visto en la ciudad, Pamela recuerda con humor y crítica sus inicios en la política: «La gente dice que La Serena es una ciudad muy católica, pero yo siempre he dicho que son beatos de día y gatos de noche», comentó entre risas. Sin embargo, valora que el trabajo social, desde las bases, ha permitido abrir mentalidades.
«Cuando empezamos con el Carnaval de la Diversidad, teníamos miedo de cómo iba a reaccionar la comunidad. Pero la gente ha cambiado, lo demostramos trabajando en las poblaciones, en los sectores populares, ayudando a los campamentos, a los animalitos, a las personas. Por eso rompí el paradigma de haber ganado una concejalía, porque se dieron cuenta de que servimos para la sociedad».

Pese a los avances, Pamela Salomé recalcó que todavía existen barreras estructurales. «Siempre hay apoyo para hacer actividades, pero cuando tocamos la puerta por un cupo laboral, ahí se nos bloquea», recordando que la lucha por la dignidad y el respeto sigue vigente.

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