La explanada coquimbana se alista para recibir a más de 200 mil personas por día, con fondas, comercio, camping y un escenario que promete música a gran escala.

Por Joaquín López Barraza

Terreno repartido pa’ todos
El administrador municipal y coordinador general de la fiesta, David Díaz López, detalló cómo se reparte el recinto pampillero:

Camping: la tajada más grande es de 210 mil metros cuadrados, porque acampar en La Pampilla ya es patrimonio coquimbano. Una buena porción de tierra reservada para los fieles peregrinos que llegan con carpas, parrillas y hasta living completo, todos con vista privilegiada al escenario. Seguro estarán los Toledo, los González, los Arancibia… hasta las calilas y las mojojojo.

Comercio: en total son 44 mil metros cuadrados convertidos en la feria más grande del 18, donde uno puede salir con una olla, una polera, un cargador de celular, una planta para la casa y hasta los cuadernos de los niños, solo por nombrar algunas cosas. De verdad, hay de todo; si busca, seguro encuentra.

Fondas y restaurantes: ahí se reparten 12 mil metros cuadrados de puro sabor, porque hay que nutrir al batallón pampillero y en eso sí que son expertos. Los anticuchos, empanadas y terremotos están confirmados, ya que hambre y sed son dos palabras que no existen durante las Fiestas Patrias. Solo esperamos que no haya ninguna sorpresa… miau.

Juegos y entretenciones: entre 13 y 14 mil metros cuadrados destinados a gritos, risas y pura adrenalina. Para los fanáticos del Tagadá, del algodón de azúcar, de las cabritas y de los juegos de feria, esta es su zona. Como ya es costumbre, estarán los gigantes mecánicos, y nunca está de más recordar que si no es bueno para soportar las náuseas, mejor ni lo intente… menos si ya lleva uno que otro terremoto encima.

Sector de chilenidad: La Pampillita se quedó con 26 mil metros cuadrados y lo que empezó como prueba terminó por asentarse. Hoy conquista el corazón de huaso de los chilenitos con cuecas, chupallas y pañuelos al viento, además de todo lo que evoca la vida costumbrista y las tradiciones de siempre. Aquí el reguetón está estrictamente prohibido; solo se permite el zapateo, ¡uyuuuuy!

Público que revienta la cancha

La explanada frente al escenario tiene capacidad para 90 mil personas, pero el recinto completo puede recibir a más de 220 mil. Y este año, el desafío es superar las cifras históricas: más de 200 mil asistentes diarios.

Entradas al alcance del bolsillo

El acceso no se mueve del rango popular: $2.000 por peatón y $10.000 por vehículo. Y ojo, que los adultos mayores de 60, los niños menores de 10 y las personas con discapacidad entran gratis. Para evitar tacos y esperas eternas, habrá 40 cajas habilitadas y más de un centenar de personas trabajando en accesos y controles.

Comercio y baile asegurado

Hasta ahora, ya hay 325 comerciantes inscritos y la proyección es de 450 puestos en total, además de tres zonas de carpas bailables que prometen pachanga hasta tarde. La subasta sigue en curso, así que todavía falta conocer al «mejor martillero» del año.

Novedades para este 2025

Entre las sorpresas, destaca la expansión de la Pérgola Pampillera (o La Pampillita) a 26 mil m², lo que permitirá levantar un escenario mucho más grande para artistas locales, regionales y nacionales. También se suma un nuevo patio de comidas, un galpón de exposiciones con las 15 comunas de la región mostrando su artesanía, y un espacio ampliado para emprendedores regionales, desde cervezas artesanales hasta diseño local.

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