Debido a un plan de transformación la conocida casa de La Serena, que por años ha albergado a personas en situación de calle, cesará sus funciones el 30 de septiembre.

Por René Martínez Rojas

La del jueves bien pudo ser la última cena para las personas en situación de calle que pernoctan en la Hospedería Betania, en La Serena, y que a contar del 30 de septiembre cesará sus funciones.

Esto, luego de un plan de transformación del Hogar de Cristo que busca adaptarse a una nueva realidad social. Y eso justamente ha significado el cese de operaciones de algunos programas a lo largo del país.

En específico, cuenta María Teresa Moreno, jefa de operación social en la región de Coquimbo para el Hogar de Cristo, se termina la ejecución de siete hospederías a lo largo del territorio y en el caso de Betania que, si bien cesa su funcionamiento, «se produce una reconversión y se transforma en un programa de atención integral a personas en situación de calle, por cuanto entregará un servicio que estará basado en tres pilares fundamentales: vivienda y arriendo, salud y empleabilidad».

De hecho, el jefe de la hospedería se encuentra gestionando las posibles derivaciones «muy responsablemente» a otras organizaciones que trabajan con personas en situación de calle, siempre en coordinación con redes públicas, «pero especialmente revinculando a los participantes con sus familias de origen, sin duda un compromiso institucional que nosotros tenemos».

En la región serán dos los cierres: en Ovalle y la hospedería de La Serena, «aunque reitero que se transforma en un programa de atención ambulatoria a personas en situación de calle».

La casa está en comodato con INDAP y tras el cierre deberán entregarla. Sin embargo, agrega Moreno que «es importante mencionar que las hospederías no se cierran por un tema económico, por una crisis que esté pasando el Hogar de Cristo, sino por un cambio de mirada en la nueva estrategia social que tiene el hogar».

Sin un espacio para comer

Una lamentable noticia, especialmente para María de las Nieves Dóniga Merino, presidenta de la Fundación Santísima Trinidad y sostenedora del colegio Teresa Videla de González, quienes por años han colaborado con el hogar, manteniendo un vínculo entrañable con las cerca de 35 personas que actualmente duermen en la casona de Avenida Juan Cisternas, frente a la Universidad de La Serena.

«Hace 23 años que estoy aquí y la comunidad ya ayudaba. Esta colaboración proviene por supuesto de la gente y de nuestra comunidad de Laicos Josefinos Trinitarios que viven el carisma y nos acompañan en la misión», cuenta la hermana Nieves.

Un gesto que agradece María Teresa Moreno, «por cuanto el colegio tiene años de vinculación con nosotros y anualmente siempre nos brindaban dos cenas en el mes de la solidaridad y celebraban junto a las personas en situación de calle la Navidad».

Durante la semana hicieron una cena casi de despedida «y queremos poder hacer algo, pero que no sea tan complejo, ya que para eso debe existir un proyecto en donde existan ayudas oficiales. Nos da mucha pena que se cierre. Lo sentimos mucho», lamenta la hermana.

Oscar Paz es el director del establecimiento y al igual que la hermana y la comunidad en general, están «preocupados» por la noticia «y no tanto por la obra que nosotros hacemos que es pequeña, comparada con todas las ayudas que el Hogar de Cristo prestaba a estas personas que están en situación de calle y que en este momento no se sabe bien dónde irán a pernoctar».

El panorama asegura que es complejo, y por eso «estamos dispuestos a aportar y ayudar en lo que podamos, pero sería interesante que la municipalidad pudiese aportar o atraer algún proyecto con el Gobierno Regional y hacernos cargo, puesto que son personas que en estos momentos se quedarán sin un espacio donde puedan estar y comer».

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