
Pese a la conmoción que por momentos se vivió, justo a la hora de la salida de estudiantes de colegios aledaños, solo hubo personas mayores atendidas por problemas respiratorios. Bomberos continuaba hasta el cierre de esta edición trabajando en el lugar.
Fue en la intersección de las calles Gregorio Cordovez, a la altura de calle Vicuña (frente a la plaza Tenrri), en pleno casco histórico de La Serena, donde pasadas las 16 horas de este lunes comenzaron las primeras chispas desde un local comercial, que rápidamente desencadenaron en una gran columna de humo, visible prácticamente en toda la comuna e incluso hasta Coquimbo.
Entonces la preocupación de vecinos aledaños a las bodegas por la gran cantidad de material combustible en su interior.
Aunque seis fueron las compañías de bomberos que lograron controlar el fuego, continuaban hasta el cierre de esta edición trabajando en el lugar y evitar su propagación por la cantidad de material plástico. Según confirmaron las autoridades, no hubo heridos, salvo dos personas mayores que fueron sacadas de sus hogares por problemas respiratorios.
«Nuestro equipo de funcionarios de seguridad ciudadana acudió rápidamente al lugar y ayudó en las labores de evacuación de algunos adultos mayores que se encontraban en una vivienda aledaña, llamando posteriormente a los equipos de emergencia SAMU e informando a bomberos», dijo Gonzalo Arceu, director Seguridad Ciudadana Municipal.
Además, el equipo de la Dirección de Desarrollo Comunitario a través de sus trabajadores sociales, asistieron al lugar para atender a las personas.
El humo que asfixia
El siniestro comenzó justo a la hora de la salida de los establecimientos educacionales, como indicó Valeria Tapia, psicóloga del Liceo Gregorio Cordovez que, al momento de las alarmas, junto al resto del personal, verificó que fuera una retirada segura para resguardar la integridad de los estudiantes.
«Estábamos adentro de la oficina, momentos en que íbamos a salir con los chicos, que son la última jornada, a las cuatro y media, y comenzamos a sentir mucho olor a humo. La oficina se empezó a llenar literal de humo y salimos, y claro, ahí fue un poco caótico porque justo los estudiantes estaban saliendo en masa, por lo que tuvimos que activar el protocolo rápidamente», recuerda.
Mauricio Aguilera, vecino afectado, comentó que todo se originó en el local comercial, en la parte de la bodega de atrás, «y agarró dos patios de casas colindantes».
Lo que más le complicaba era que en las casas, como son del casco histórico, «tienen techo viejo, apolillado, así que en su mayoría tenemos el mismo drama. Y fue como lo más delicado, puesto que prende un techo y después prenden los otros. Pero gracias a Dios se pudo controlar bien el árbol de higuera, que también era un problema grande que teníamos», porque precisamente se encuentra arriba del techo de la casa que se estaba quemando.
La casa aledaña, justamente de la familia de Aguilera, pasó susto, «pero por suerte no hubo pérdidas e incluso los bomberos atacaron en todo momento por la vivienda de al lado, la que se cayó el año pasado. ¿Sabe? El problema es que estas viviendas terminan todas en el mismo patio y las construcciones son antiguas».