
El exalcalde de Vicuña y candidato a diputado por la Región de Coquimbo plantea endurecer las sanciones penales para adolescentes involucrados en delitos graves, como parte de una estrategia integral frente al avance del narcotráfico y la inseguridad. Asegura que su experiencia municipal y territorial lo lleva a sostener una postura «incómoda pero necesaria».
Por Joaquín López Barraza
Por años, Rafael Vera ha sido una figura reconocida en la política regional. Tras doce años como alcalde de Vicuña y una extensa trayectoria en el mundo municipal, hoy busca un escaño en la Cámara de Diputadas y Diputados con un mensaje que, reconoce, «no será popular, pero sí urgente». Su principal propuesta: rebajar la edad penal a los 14 años.
«El tema de la seguridad exige medidas radicales y efectivas. Cuando se creó la ley de responsabilidad penal juvenil, el país era otro. Hoy, los jóvenes de 14, 15 o 16 años saben perfectamente lo que están haciendo», afirma.
Según Vera, el problema ya no puede abordarse solo desde la prevención. Plantea una doble estrategia: reforzar la protección desde la primera infancia y, al mismo tiempo, establecer sanciones efectivas para quienes cometan delitos graves. «Hay que acompañar a esos niños desde el inicio, sobre todo en hogares donde hay prostitución o delincuencia. Pero cuando llegan a los 14 años, ya dejaron de ser niños. Si cometen un delito, deben responder ante la ley», explica.
«El crimen organizado recluta menores porque sabe que no van a ir presos»
El candidato asegura que el narcotráfico ha encontrado en los adolescentes un eslabón débil para sostener su estructura. «Las mafias contratan a menores de edad porque saben que no serán castigados. Algunos tienen 12 o 13 años y ya son parte de bandas organizadas», sostiene.
Por eso propone una modificación que incluya penas efectivas para adolescentes entre 14 y 17 años, y la creación de un penal juvenil especializado, con enfoque de reinserción. «Si el Estado va a construir nuevos recintos penitenciarios, uno de ellos debería destinarse a jóvenes infractores, donde se trabaje integralmente su recuperación», enfatiza.
El diagnóstico desde Vicuña: consumo, reclutamiento y abandono estatal
Su postura, dice, no es teórica. Proviene de lo que observó durante más de una década al frente del municipio de Vicuña. «Trabajar en terreno te muestra otra realidad. Vi cómo el consumo de drogas se instalaba en sectores rurales, incluso en niños. El narcotráfico se infiltró en los territorios y empezó a usar a los más jóvenes», comenta.
«Algunas autoridades viven en otro planeta y no se dan cuenta de lo que pasa en los barrios. Esto viene ocurriendo hace 15 o 20 años y recién ahora se está hablando de ello», advierte.
Vera sostiene que las comunas rurales fueron las primeras en evidenciar esta transformación, sin una respuesta efectiva del Estado. «Lamentablemente, las autoridades no lo visualizaron. Hoy estamos en un punto de no retorno», señala.
Un debate incómodo dentro de la centroizquierda
La propuesta de rebajar la edad penal lo separa parcialmente del discurso predominante en su sector. Aun así, confía en poder convencer a sus eventuales colegas del oficialismo.
«Los voy a invitar a caminar por las poblaciones. Todos tenemos la misma preocupación: la seguridad. La diferencia está en cómo la enfrentamos», responde cuando se le pregunta por las posturas más reticentes del bloque.
Reivindica su trayectoria como líder municipal para construir acuerdos más allá de las diferencias partidarias. «Durante 12 años lideré un municipio, fui presidente de los municipios de la región y también de los turísticos. Sé cómo reunir a actores distintos para resolver problemas comunes. Soy un hombre de centroizquierda y lo seguiré siendo, pero hay temas donde hay que tomar decisiones audaces», señala.
«La izquierda no ha desconocido la inseguridad, pero la ha minimizado»
Consultado por la postura de la centroizquierda frente a la crisis de seguridad, Vera considera que hubo un error de enfoque al inicio del actual gobierno. «No lo han desconocido, pero lo han minimizado. Se habló de reformar Carabineros y después se dieron cuenta de que no era viable. Hoy lo que necesitamos es más dotación policial y modernización de las fuerzas», planteó.
En ese sentido, propone traspasar la vigilancia de fronteras al Ejército, de modo que Carabineros y la PDI puedan concentrarse en labores de prevención en el territorio. «Hace 20 años la PDI tiene la misma cantidad de funcionarios. Y mientras Carabineros cuida las fronteras, la delincuencia crece en las ciudades. Hay que cambiar la ley y distribuir mejor las funciones», agregó.
«Hay que tomar decisiones incómodas, pero necesarias»
Vera insiste en que su propuesta busca desincentivar el delito juvenil y romper el vínculo entre narcotráfico y adolescentes. «Si un joven sabe que va a pasar 10 o 20 años en la cárcel, lo piensa dos veces antes de delinquir. Hoy no lo hace, porque sabe que no le pasa nada. Así de simple», concluye.






























