
Claro que no todos lo hicieron, luego del festejó del domingo tras la obtención del campeonato y el mambo que siguió en cada rincón de la comuna de Coquimbo.
Por Eduardo López
Fue un lunes diferente en la comuna de Coquimbo. Se notaba en sus calles, muchas de ellas vacías, luego de una jornada de fiesta tras la obtención del campeonato por primera vez en su historia del elenco aurinegro.
Tanto así, que el mercado central, como nunca, tuvo una jornada lenta, especialmente por la mañana, ya que varios de sus locales se mantuvieron cerrados y con justa razón, dijo una familia que a esa hora llegaba al lugar para comprar mariscos.
Evelyn es vendedora del local Donde Ricardo y no podía disimular su sonrisa, pues fue una de las afortunadas que asistió al Francisco Sánchez Rumoroso para estar presente en el día más glorioso del club.
«Al principio no pude conseguir entradas, pero cuando liberaron otra tanda pude comprarlas. Fui con mis hijos y disfrutamos un montón. Fue una noche mágica», dijo.
Recuerda que cuando llegó el primer gol «lloramos y de ahí celebramos y gritamos en cada momento. Incluso nos metimos hasta la cancha, tocamos la copa y pudimos estar con los jugadores, así que todo fue muy lindo».
Pero la celebración no terminó ahí, ya que luego fue al Barrio Inglés y posteriormente al El Llano a seguir el mambo…
Sin embargo, ayer desde muy temprano tuvo que llegar a su trabajo como un día cualquiera, «pese que me acosté a las 6 de la mañana…».
Luis Valencia, del local Galileo Nazaren, comenta que es abonado y fue al estadio con su familia y después se fue al Barrio Inglés a continuar con la conga hasta pasadas las una de la madrugada.
«Por eso que quizás hoy (ayer) se ve poca gente, pero aquí estamos, con resaca o no».
            
		






























