Sus movilizaciones han sido más constantes de lo habitual, argumentando que para ellos es poca la inversión. De igual manera piden libre acceso a las caletas.

Por René Martínez Rojas

No fue la primera manifestación y tampoco será la última, aseguran los pescadores artesanales de las provincias de Limarí y el Choapa, que buscan una mayor inversión del gobierno en las caletas de la zona, particularmente en aquellas que tienen menos infraestructura.

Por ejemplo, el lunes se tomaron por cerca de una hora la ruta 5 a la altura del Peaje Puerto Oscuro, en la comuna de Canela, «y si las autoridades no nos llaman para dialogar, la siguiente movilización va a durar más», se lamenta Leonardo Ocares, presidente de la Federación de Pescadores Artesanales y Buzos Mariscadores de las regiones de Coquimbo y Atacama.

Y agrega que «los puntos son claritos: la región llega hasta Tongoy, para acá no hay inversiones. Para darle un ejemplo, el plan maestro de Obras Públicas es de Tongoy para el norte, puesto que no existe ni el Limarí ni el Choapa».

Enrolar caminos

Una de las molestias del gremio es que existen caminos enrolados en casi todas partes para las caletas, «menos en el Limarí y el Choapa», entonces la pregunta que se hace es «¿somos personas de cuarta o quinta categoría? ¿dónde están las inversiones?».

Y su respuesta es concreta: «que se haga un convenio con el Gobierno Regional para poder arreglar el camino, al menos enrolarlo».

En ese sentido, reconoce que «entre el gobierno de Sebastián Piñera y este con suerte se le ha pasado una vez una máquina, pues como son de privados no se pueden arreglar. ¿Sabe? Necesitamos inversiones, enrolar caminos, que sean públicos. Hay un convenio de la carretera por 6 mil millones para enrolar y reparar caminos al interior…».

Da cuenta que en ambas provincias tienen un enorme problema, «pues en la caleta Puerto Manso, por ejemplo, hay que mostrar hasta el certificado del Papa para entrar y les ha pasado a todas las autoridades. Entonces si ellos no reaccionan a eso ¿qué estamos haciendo?».

En cuanto a la infraestructura, señala que en estos momentos gracias a la Ley de Caletas «se han mejorado algunas cosas, pero en la pura franja fiscal, porque los terrenos son privados. Hay montones de caletas que les falta infraestructura y si bien entendemos la situación, nos molesta porque la Ley de Caletas está desde septiembre de 2017. Quizás este país no tiene mucha plata, aunque creemos que sí tiene y harta. ¿Por qué no se expropian los caminos? Se hace un convenio con vialidad o con el MOP para poder expropiarlos, mejorarlos, y de esta manera tener un polo de desarrollo».

Sin agua, servicios básicos

Reitera que debido a todas las negativas se sienten «ciudadanos de tercera categoría, pues no hemos tenido inversiones reales».

A la fecha dice que son «puras aspirinas, ya que no tenemos un terreno para poder postular, para hacer gastronomía o poner una pequeña planta de proceso. No tenemos agua, no tenemos servicios básicos. Incluso hemos dicho en las comisiones de pesca que estamos más gorditos porque primero marcamos los pumpullos para después tomarlo el agua».

Admite que siempre ha existido en la región una descentralización, «pues somos los más afectados que cualquier otra comuna. Solo queremos que las cosas se repartan y que se inviertan como corresponde, con justicia».

La queja, además, forma parte de la oposición del sector al impuesto de primera categoría, «debido a que el Estado quiere cobrar tributo a la pesca artesanal, un impuesto, pero los armadores que son los que más ganan en nuestro sector, por ejemplo, están libres de impuestos y el alguero que anda recogiendo alga por la orilla del mar o simplemente un buzo que no tenga embarcación, tiene que pagar impuestos. O una organización que apenas tiene tres recursos, que son recursos bentónicos (algas, loco y lapa), deberán pagar impuestos, primera categoría…».

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