Vecinos y víctimas relatan el miedo de encontrarse con él todos los días. Pese a los registros, las denuncias y la alarma social, el sistema sigue liberándolo como si no pasara nada.

Por Joaquín López B.

Una escena repetida, grotesca e impune. Testigos aseguran que el hombre que ha causado temor en el sector de Balmaceda con Cuatro Esquinas por su comportamiento sexual en la vía pública fue liberado nuevamente. Aunque hay registros de sus actos y varias detenciones, la justicia lo deja en libertad casi de inmediato. La comunidad está indignada y exige una respuesta que no llegue tarde… otra vez.

El caso es inquietante, en el transcurso de una sola semana, el sujeto habría sido detenido tres veces por el mismo motivo. Un transeúnte incluso grabó al individuo mientras se masturbaba en plena calle, registro que rápidamente se viralizó en redes sociales.

La indignación crece porque, según relatan vecinos, cada vez que es aprehendido, vuelve a aparecer al día siguiente en el mismo sector, como si nada hubiese ocurrido.

La ley no da para más

¿Cuál es la razón detrás de estas liberaciones? El abogado José Pablo Marín, magíster en Derecho Penal y académico de la Universidad Central, explicó que este tipo de delitos están regulados por el Código Penal, pero con penas bajas.

«Estamos hablando de sanciones que llegan hasta los 60 días de presidio, y también se contemplan multas que son bastante reducidas. Es muy probable que esta persona pueda ser eventualmente detenida o sujeta a un proceso penal, pero difícilmente va a quedar en prisión preventiva, porque la figura que establece la ley contempla una pena muy pequeña», señaló.

A pesar de la reiteración —lo que podría considerarse una agravante—, por el momento el hombre estaría amparado por su irreprochable conducta anterior, lo que explicaría los beneficios procesales que permiten su libertad inmediata.

Según el artículo 494 ter del Código Penal, se sanciona con prisión o multa a quien realice actos de significación sexual, como el exhibicionismo, en lugares públicos o de libre acceso, sin consentimiento y con potencial de generar una situación intimidatoria, humillante o incómoda. Sin embargo, la pena suele oscilar entre 61 a 540 días, lo que permite salidas alternativas y evita la prisión efectiva en la mayoría de los casos.

El daño que no se mide

Para la abogada Lorena González, co directora de Abofem Coquimbo, el problema no es solo la sanción débil, sino también la poca valoración del daño que provocan estos hechos.
«Al tener penas bajas, se le quita importancia al delito. Los más perjudicados son los niños. Uno como adulto puede sobrellevar el impacto psicológico, pero para un niño el trauma puede ser profundo», advierte.

Y añade que «queda la sensación de que no se considera la consecuencia posterior a este tipo de actos. Este hombre representa un peligro para la sociedad y especialmente para nuestras niñas y niños. Pero eso no se refleja en la legislación».

González sugiere que las víctimas o testigos acudan directamente a la Fiscalía a dejar constancia. «Es importante no naturalizar estas conductas. Cada denuncia suma».

Alivio momentáneo, decepción constante

Valentina Echeverría acudió a un local comercial ubicado cerca de Balmaceda con Cuatro Esquinas y, mientras esperaba en el estacionamiento, el sujeto se le acercó de forma intimidante.

«Estaba a punto de subirme al auto cuando aparece este hombre y se pone a no más de un paso de mí, de una forma muy extraña, y me pidió una moneda. Yo me asusté porque nunca nadie se me había acercado de esa manera», relató.

Desde el interior del vehículo, fue testigo de cómo se aproximaba a otras personas de forma improcedente. Al ver más tarde las imágenes de su detención, lo reconoció de inmediato: era el mismo que tan solo un día antes había sido arrestado.

«Personalmente, me da mucho miedo. Con mi mamá siempre transitamos por ese sector, y sentí un alivio muy grande después de ver la noticia y saber que lo habían atrapado», aunque la satisfacción no duró demasiado, pues otra vez lo dejaron libre.

«Creo que la única solución en este momento es no transitar por esa calle, porque no podemos confiar en que él pueda estar en la cárcel más de dos días. Esta ley debería ser mirada con perspectiva de género y que se hagan cargo de la seguridad de las mujeres, porque esto nos afecta a todas y no nos permite hacer algo tan básico como transitar tranquilas», puntualizó.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa tu comentario!
Por favor ingresa tu nombre