Edil porteño aplaude el resultado final luego de una semana de fiesta en Coquimbo, la tercera en su gestión, y admite que la gente se fue feliz «y eso nos hace sentir que vamos bien encaminados…».

Por René Martínez Rojas

Fue su tercera fiesta pampillera y el balance que hace el alcalde Ali Manouchehri es positivo a todas luces.
Porque sacó lecciones, se aprendió y siente que se subsanaron muchas de las cosas que tuvieron en las dos primeras versiones y porque la cantidad de críticas «creo que por lo menos disminuyó un 90%, puesto que la gente se fue muy contenta y eso nos hace sentir que vamos bien encaminados».
Su voz se escucha gastada a través del teléfono. Pero está tranquilo. Para él fueron seis días de escenario y de un constante caminar por La Pampilla, «pues me toca recorrerla de punta a punta, desde el comercio hasta lo que tiene que ver con la gente en los cerros acampando y disfrutando, y ciertamente me manifestó lo contento que estaban y la buena valoración que hacían de la ciudad».

Sin víctimas fatales

Tal como las autoridades, el edil destacó que en esta ocasión no hubiera víctimas fatales, ni en siniestros viales y homicidios, considerando las miles de personas que llegan al puerto para disfrutar de la fiesta más grande del país.
«Es algo que siempre es difícil, porque con la masividad que hay siempre es un desafío poder controlar todo lo que sucede adentro, pero claramente la percepción de inseguridad de la gente adentro de la fiesta disminuyó considerablemente».
Destaca que «a muy pocas personas las escuché comentarme temas de seguridad. Hoy en un contexto difícil en temas de seguridad, que la fiesta de La Pampilla sea un lugar donde más de 200.000 personas nos visitan y se sienten seguras, habla del trabajo de coordinación con Carabineros, con la Delegación Presidencial y por supuesto que con todo el municipio».
En su segundo periodo como jefe comunal no duda en decir que «para disfrutar este minuto, la ciudad viene haciendo las cosas bien en términos generales».
Y se refiere a todo, no solo al trabajo de la municipalidad, «sino también a lo que está haciendo el equipo –puntero del torneo y cerca de proclamarse campeón por primera vez en su historia-, a lo que hace la ciudad, a lo que hacen nuestros deportistas y nuestros representantes de la música. Coquimbo se está posicionando con mucha fuerza a nivel nacional y no tengo ninguna duda de que nos vamos muy pronto a meter en las grandes ligas, en términos de ser una comuna donde mucha gente quiera vivir acá y donde los que vivimos acá nos sintamos cada día más felices».

¿Y cómo entra a las grandes ligas?

«Creo que hay que subsanar algunos problemas que están dentro de los mismos estudios, como el tema de la conectividad, disminuir un poco la congestión vehicular y mejorar el tema de la empleabilidad. Siento que son múltiples factores los que hay que ir avanzando como para poder cumplir con todo lo que la gente necesita para vivir y ser feliz».

¿Compró la polera de Coquimbo campeón?

«Me compré unos gorros, me compré cosas, pero no alusivas al campeonato. Creo que nos falta, vamos bien encaminados, pero hay que ir paso a paso como dijo el Mostaza Merlo (deté argentino)».

¿Qué le dijeron por la talla del baño?

«La gente lo disfrutó mucho, tampoco nadie me publicó nada al respecto. La gente lo toma con humor y ciertamente están muy contentos. Tuve la oportunidad de estar ahí afuera del sector de los baños para escuchar lo que opinaba la gente cuando salía y la verdad que fueron solo cosas positivas y eso nos da fuerza para seguir mejorando el recinto de La Pampilla y transformarlo en el futuro parque, el más importante de la región de Coquimbo».

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