
Conforme a esta norma, «los agentes de jugadores no podrán participar ni directa e directamente ni en la propiedad ni en la administración de los clubes…», avisa el senador Matías Walker.
Por René Martínez Rojas
«Por fin entramos al área chica», afirma el senador Matías Walker, luego que este martes se aprobara la incompatibilidad entre ser dirigente de la federación y ser dirigente de la nueva liga profesional que va a reemplazar a la ANFP.
Con eso se va dibujando lo que es la separación definitiva entre la federación y lo que es la liga local, «ya que se termina esta anomalía en que el presidente de la ANFP es el mismo presidente de la federación, lo que ha debilitado la selección chilena y el trabajo con las series menores», detalla Walker, quien ha reiterado la urgencia de establecer reglas claras, mayor fiscalización y transparencia.
La semana pasada, además, «aprobamos otra norma muy importante» en cuanto a los representantes que participan directa o indirectamente en la propiedad o en la administración de los clubes.
Un punto de inflexión, pues conforme a esta norma, «los agentes de jugadores no podrán participar ni directa e directamente ni en la propiedad ni en la administración de los clubes. Se va a terminar con esta anomalía en que agentes extranjeros terminan siendo dueños de varios clubes, lo que representa claramente un conflicto de interés, además teniendo injerencia en la selección chilena y en los jugadores que son convocados. Eso se termina y se obliga a transparentar la propiedad de los clubes, los beneficiarios finales y quienes son las personas naturales dueños de los clubes».
Más atribuciones
Porque lo que comenzó hace casi una década como una inquietud frente a los conflictos de interés en la administración de los clubes, hoy toma fuerza con el respaldo de parlamentarios y el impulso del Ejecutivo.
Advierte que esto se hace obligando a los clubes a transparentar su propiedad accionaria para saber «quienes son las personas naturales dueños de los clubes» y si existe una declaración que resulta ser falsa, «eso será sancionado como delito. De igual manera se le darán más atribuciones a la Comisión de Mercado Financiero como al IND para poder fiscalizar».
Respecto a una fecha límite para darle curso a esta ley que busca establecer un marco regulatorio para las Sociedades Anónimas Deportivas, confiesa que esperan votar el proyecto este año, ojalá en agosto, y ya en las primeras semanas de septiembre despacharlo en comisión.
De acuerdo a esta ley, por ejemplo, varios clubes deportivos deberán transparentar su estructura de propiedad, como Deportes La Serena, «que también deberá transparentar quiénes son los dueños. Y lo mismo pasará en la Universidad de Chile y en Huachipato. Para eso se le dará atribuciones a la Comisión de Mercado Financiero y a la Unidad de Análisis Financiero para determinar el origen de los capitales».
Explica que la ley sanciona la multipropiedad y la participación de agentes de jugadores en la propiedad o en la administración de los jugadores de manera directa o indirecta, «por sí o a través de interpósitos de personas, a través de palos blancos, a través de sociedades relacionadas y a través de personas dependientes, quienes actúan finalmente por un empresario indirectamente. Y eso va a estar dentro de las atribuciones del IND y de la Comisión de Mercados Financieros, porque hoy se da la anomalía que la ANFP es una corporación, no una sociedad anónima. Entonces, como era una corporación, solo estaba sujeta a la fiscalización del Ministerio de Justicia, que es una fiscalización muy tenue. Al ser una sociedad anónima, cerrada o especial, va a quedar sujeta a la fiscalización de la Comisión de Mercado Financiero».
Esta iniciativa se inició hace nueve años, en la época de oro del fútbol chileno, cuando ya se advertían múltiples conflictos de interés.
Hoy justamente por culpa de los empresarios y dueños de clubes «se genera toda una distorsión, porque además se mezcla con la multipropiedad, debido a que no son dueños solo de un club, sino de varios clubes y la multipropiedad a pesar de que está prohibida por la FIFA, es algo que en Chile opera».
Y hay empresarios, se ha visto en el caso de la región, «que son dueños de varios clubes al mismo tiempo, y ahí se produce no solo un conflicto de interés, sino también financiero y deportivo. Lo mismo pasa con los agentes de jugadores que son a su vez dueños de clubes, generando una distorsión, sobre todo si son extranjeros, porque terminan siendo indirectamente dueños de la selección chilena…».