Aunque la ocupación lleva doce meses al alza, la tasa de desocupación sigue en aumento. El panorama, según un académico de la UCN, revela los límites del crecimiento económico actual.

Por Joaquín López B.

La última fotografía del mercado laboral en la Región de Coquimbo tiene dos caras. Por un lado, las personas ocupadas aumentaron por duodécimo mes consecutivo —4.690 personas más respecto al año anterior— y alcanzaron un total de 382.900 trabajadores. Pero, por el otro, el desempleo también creció: la tasa regional se ubicó en un 9,3% para el trimestre febrero-abril 2025, con un alza interanual de 1,2 puntos porcentuales, lo que equivale a 6.270 personas más sin trabajo, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
El dato ubica a Coquimbo como la quinta región con mayor desocupación del país, detrás de Tarapacá, Ñuble, La Araucanía y Atacama. Para algunos, el fenómeno parece contradictorio, pero tiene explicación.

«El aumento en la ocupación y desocupación parece paradójico, pero se explica porque hay más personas incorporándose al mercado laboral de la región. Algunas consiguen trabajo, otras no», sostiene Fernando González, profesor asistente de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica del Norte (UCN) y miembro del Observatorio Laboral de la misma sede.

«Este panorama es agridulce: es positivo que más personas busquen insertarse laboralmente, pero es negativo que el mercado no pueda absorberlas a todas. Eso muestra que el crecimiento económico de Chile, apenas sobre el 2% anual, es claramente insuficiente», indicó.

En la región, sectores como la minería y el agro han sido claves para empujar los niveles de ocupación. Así lo destaca el Seremi del Trabajo (s), Juan Paulo Garrido, quien identificó aportes significativos desde actividades como salud, transporte y agricultura. También subrayó el aumento de asalariados formales (6,8%) y la caída de la tasa de ocupación informal en 5,3 puntos, lo que puede interpretarse como una señal de fortalecimiento del empleo de calidad.

Desde el Gobierno también han identificado la necesidad de reactivar la inversión privada. En ese marco, la Seremi de Economía, Pía Castillo Bosselaar, asegura que ya hay pasos concretos. «A inicios de mayo, realizamos una nueva sesión del Gabinete Pro-Crecimiento y Empleo de la Región de Coquimbo. En él, evidenciamos el importante avance en la tramitación sectorial de los 10 proyectos privados priorizados por el presidente Gabriel Boric en 2024», sostuvo.

Castillo detalló que, entre esos proyectos, «el proyecto minero El Espino ya se encuentra en fase de construcción, Arqueros ya cuenta con la mayoría de sus permisos por parte de CONAF y Teck está a la espera de sus últimas autorizaciones sectoriales para su proyecto de continuidad operacional. Además, sumamos al monitoreo por parte de los servicios públicos otras iniciativas como la extensión de vida útil de minera San Gerónimo, el proyecto minero Pleito de CMP y el Observatorio Vera Rubin».

Para la autoridad, «todas estas iniciativas privadas permitirán generar empleos de calidad para la Región de Coquimbo y, como Gobierno, continuamos comprometidos y coordinados para su pronta concreción».

Pero para González, el académico de la UCN, hay un cuello de botella estructural que aún limita el impacto de estos esfuerzos. «Una iniciativa en el sentido correcto sería simplificar la permisología. Hoy, hay proyectos que demoran una década en aprobarse, mientras que en países vecinos como Argentina o Brasil eso toma solo meses. Procedimientos bien definidos, transparentes y rápidos son fundamentales», enfatiza.

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