
Claudia anhela tener un comedor social en Coquimbo que pueda entregar entre 100 a 200 raciones diarias. Por ahora, continúa a full con su fundación Voluntarios de la Sonrisa, Todo por una Sonrisa.
La creatividad y el optimismo son parte de su estirpe y por ahora no hay nada que lo derribe. Es que en la particular historia de Claudia Peregrin hay un pasado dedicado a arrancarles sonrisas a los demás.
Carcajadas que saca con ayuda social y su fundación Voluntarios de la Sonrisa, Todo por una Sonrisa.
Partió hace 16 años en Santiago y hace 11 que tiene este voluntariado como epicentro en calle Portugal, entre Las torres y San Juan en Coquimbo, cerca de la Escuela República de Grecia.
«Mi obra social consiste en alimentar a las personas en situación de calle con vestimenta gracias a las donaciones de la gente, porque la alimentación sale toda del bolsillo mío y de mi familia. Ayudamos a los adultos mayores abandonados y a familias vulnerables con cajitas de mercadería dentro de lo que podemos», cuenta feliz y con el mismo entusiasmo y emoción que sintió cuando se puso por primera vez la nariz roja.
Claro que los cachupines tampoco quedan de lado y reciben alguna alimentación.
«El año pasado tenía un buen trabajo y podía salir todos los días a entregar alimento a personas que lo necesitan, pero este año lamentablemente el tema económico no ha estado muy bueno en la casa, pues trabajo como guardia, por lo que salimos solamente cada cuatro días».
Bañatones masivos
Claudia es conocida no solo por su trabajo social, sino también por su particularidad, «ya que soy la única payasita en Chile, soy la única persona que se disfraza cuando sale a dar comida a la gente en la calle».
Destaca que la obra social que realiza «no es tanta», porque de igual manera «la hacen muchas personas y familias lindas. Este año se han visto muchos batallones de amor y es rico que tengamos esa colaboración de otras personas que aman la obra social. Sin embargo, nosotros hacemos la diferencia porque somos la primera fundación en hacer bañatones masivos. De hecho, el próximo sábado haremos la cuarta versión en Coquimbo y consiste en que a los chicos les damos un día de dignidad, de alimentación y sonrisa».
Ese día, en un local que les facilitan de manera gratuito, a las personas en situación de calle, especialmente mayores y de la tercera edad, «les entregamos ducha y llevamos de manera voluntaria a peluqueros, barberos, técnicos en enfermería, manicuristas y roperos, donde las personas eligen una ropa, y aparte les entregamos el desayuno y el almuerzo. Ese día se les entrega todo un cambio».