Lo que comenzó como un desacuerdo laboral el 17 de octubre, terminó convirtiéndose en la antesala del despido de un funcionario municipal de Coquimbo, quien -pese a volver a su puesto ese mismo día y seguir trabajando con normalidad- fue notificado semanas después por «abandono de funciones».
Hoy, el exfuncionario demanda al municipio por más de 6 millones de pesos, alegando años de labores continuas bajo contratos a honorarios que nunca se transformaron en un contrato formal.

Por Javiera Escudero.

El sujeto de iniciales R.M.E., de 52 años, prestó sus servicios durante ocho años en la delegación municipal realizando «de todo un poco»: labores de operaciones, parques y jardines, recolección de residuos y apoyo general. Sin embargo, pese al tiempo de servicio, nunca tuvo un contrato de trabajo, sino sucesivos contratos a honorarios. Hoy denuncia haber sido despedido de manera injustificada, en un contexto que -según afirma- estuvo marcado por malos tratos, presiones y temor permanente entre los funcionarios.

Bajo la acusación de haber trabajado bajo un clima de vigilancia y miedo a perder el empleo. Señalaría directamente al delegado municipal Daniel Cortés, a quien acusa de supuestamente mantener un trato autoritario hacia el personal. «Siempre decía que él tenía la facultad de echar gente. La gente se asustaba. Trabajábamos bajo presión», comentó.

«La causal no tiene sentido», dice R.M.E. «Si hubiera sido abandono, me debieron desvincular el lunes siguiente. Pero pasó casi un mes. Yo seguí marcando, trabajando, incluso hasta tarde. Y después me dijeron que estaba despedido.»

El abogado Joseph Rivera, confirmó que interpondrán una demanda por despido injustificado y por el reconocimiento de relación laboral, ya que los ocho años de trabajo continuo no corresponderían a un contrato a honorarios, sino a un vínculo laboral regulado por el Código del Trabajo.

«El municipio utilizó contratos a honorarios de manera irregular», explica Rivera. «La ley permite este tipo de contratos solo para cometidos específicos, labores no habituales y temporales. Nada de eso se cumple en este caso. R.M.E realizaba funciones permanentes y subordinadas por más de siete años.»

El abogado también señaló que existió un «perdonazo» en la causal de abandono, pues el trabajador continuó laborando por semanas sin que se ejecutara la desvinculación. «La carta de despido es genérica y no cumple los protocolos. Por eso demandamos el pago de años de servicio, aviso previo, feriado, cotizaciones y el recargo del 50% por despido mal ejecutado.» Suma que llegaría a más de 6 millones.

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