
Con apenas un año y medio y seis meses de formación, los pequeños talentos alcanzaron la gloria en Lima, demostrando que la disciplina no tiene edad.
Por: Valentina Echeverría O.
La región de Coquimbo vuelve a brillar en el extranjero, esta vez gracias al talento y disciplina de dos pequeños bailarines serenenses que hicieron historia en Lima, Perú. Se trata de Esteban Monardez de 13 años, y su hermano Matheo, de solo 6, quienes se coronaron campeones mundiales en el PLF World Competition 2025, certamen que reunió a más de mil competidores de distintos países.
Esteban conquistó la categoría Bachata Solista Masculino Niño, mientras que Matheo se alzó con el título en Bachata Solista Masculino Baby, convirtiéndose en el campeón más joven del torneo. Ambos entrenan en la academia BelArte Studio de La Serena, bajo la guía de los profesores Belsandys Lombano y Felipe Morales.
Trayectoria meteórica
Lo más sorprendente es la rapidez con la que han escalado al podio internacional. Esteban lleva apenas un año y medio de formación en ritmos latinos, tiempo en el que ya suma títulos regionales, nacionales, sudamericanos e internacionales. «Me estoy preparando para esta competencia desde hace 7 u 8 meses más o menos. Ser campeón mundial me llena de orgullo, porque después de todo el esfuerzo que pusiste, ganar es muy lindo», expresó el joven.
Además, dejó un mensaje para otros niños que sueñan con alcanzar sus metas. «Si quieren hacer algo, cualquier tipo de deporte, se tienen que motivar, la disciplina y el esfuerzo hacen al maestro».
Su hermano menor, Matheo, comenzó recién hace seis meses. Entre risas, contó lo que significó para él este triunfo. «Me puse feliz, porque gané una copa en Perú, para mí fue genial».
Orgullo familiar
Los logros de los hermanos son también el reflejo del trabajo y la constancia de toda la familia. Jacqueline Flores, su madre, relató que «Esteban ya lleva casi dos años bailando oficialmente y para esta última competencia se preparó unos ocho meses; Matheo lleva súper poquito, como seis meses. Siento un orgullo gigante como mamá, ver que los sueños se cumplen siempre que haya apoyo, perseverancia y disciplina».
Por su parte, su padre, Esteban Monardez, enfatizó en el sacrificio que ha implicado este camino asegurando que «el mundo del baile tiene un costo muy alto, pero con el apoyo de la familia, los profesores y tocando muchas puertas, se puede. Ser el papá de dos campeones mundiales me llena de orgullo, ver cómo cambian horas de juego por ensayos y cómo se esfuerzan día a día. El éxito de ellos siempre va a ser reflejo del apoyo que les damos».