
La iniciativa, liderada por la Corporación Cadena de Favores, busca mejorar la calidad de vida de los habitantes a través de espacios sostenibles, capacitaciones y colaboración entre las comunidades.
Por: Valentina Echeverría O.
La escasez hídrica y la inseguridad alimentaría son dos de los grandes desafíos que tiene el presidente y fundador de la Corporación de Cadena de Favores, Gustavo Heise en la región de Coquimbo. En este contexto llegó a sus manos una idea innovadora que buscaría aportar soluciones concretas a estas problemáticas: Los llamados invernaderos sociales, que combinarán producción de alimentos saludables, educación y trabajo comunitario.
El primer prototipo se encuentra instalado en la localidad de La Estrella, en La Serena, y será el modelo que se replicará en al menos 12 puntos de la región Según detalló Heise, los invernaderos utilizarán un sistema de hidroponía, que permite cultivar hortalizas sin tierra, optimizando el uso del agua y evitando el uso de químicos.
Múltiples beneficios
«Estos invernaderos sociales no solo buscan generar alimentos. Tienen un trasfondo mucho más profundo que tiene que ver con propósitos para las personas, especialmente para adultos mayores y escolares que puedan ir a verlo como una experiencia educativa».
Incluso el fundador informó que dentro de sus planes para el invernadero está «desarrollar un plan extracurricular donde los mismos niños de escuelas cercanas vayan a visitar los invernaderos y así se va a combinar lo que es la educación ambiental, fomentando el respeto por el medio ambiente, la ciencia, la nutrición y el desarrollo de habilidades sociales también».
Asimismo, se espera que los vecinos puedan reunirse en torno a este proyecto y que se genere un trabajo en conjunto entre los invernaderos de cada comuna, con una diversificación de los productos que se cultiven.
Actualmente, ya existen compromisos con las comunas de La Higuera y Coquimbo, y se están afinando conversaciones con Río Hurtado, Monte Patria, Vicuña, Los Vilos e Illapel. La meta es llegar a 15 comunas de la región en los próximos años.
El inicio del proyecto
La idea de levantar invernaderos sociales nació de una historia cercana en la localidad de La Estrella, donde la corporación apoyó a don Juan, un adulto mayor que vivía solo y cuidaba a más de 30 perritos. «Un día me llamó y me dijo, ‘Gustavo, quiero devolver la mano’. Tenía el esqueleto de un invernadero armado en su terreno y nos ofreció usarlo para ayudar a otras personas», recordó Heise. Ese gesto se transformó en el primer prototipo y en el punto de partida de un proyecto que busca replicarse en toda la región.
Financiamiento
El financiamiento del proyecto proviene de un trabajo en conjunto entre la Corporación Cadena de Favores, las municipalidades involucradas, empresas privadas —- entre ellas, Minera Escondida (BHP)—— y se espera sumar Coquimbo a través de proyectos de interés regional.
Para Gustavo Heise, este tipo de iniciativas no solo ofrecen soluciones técnicas frente al cambio climático y la escasez de agua, sino que también representan una herramienta educativa y social transformadora. «Estamos convencidos de que cuando las personas se ayudan unas a otras, se genera una cadena de favores que transforma realidades. Eso es lo que queremos lograr en nuestra región».