
En La Catedral serenense el arzobispo Rebolledo subrayó múltiples desafíos que se deben afrontar, partiendo por la inseguridad, «por la que atravesamos y que nos paraliza…», señaló el religioso.
Por René Martínez Rojas
Una de las tradiciones previo a las Fiestas Patrias es la celebración del Te Deum que, en La Serena, en el templo Catedral, fue presidida el lunes por la tarde por el arzobispo Rebolledo.
La ceremonia, que reunió a autoridades regionales y miembros de la comunidad, estuvo marcada por un llamado a la paz en todos los ámbitos de la vida: la política, la convivencia social…
Durante su mensaje, el arzobispo subrayó múltiples desafíos que se deben afrontar, partiendo por «la inseguridad por la que atravesamos y que nos paraliza, generando un clima de creciente desconfianza y orfandad, especialmente entre los más pobres. ¿Cómo podemos gestar ‘algo nuevo’, involucrándonos cada cual en primera persona en este prioritario desafío?».
De igual manera, y en año eleccionario –en noviembre se realizarán las elecciones parlamentarias y presidenciales- comentó que «la política, fuertemente crispada por el ambiente electoral polarizado, demanda grandes acuerdos, principalmente en un proyecto país, que tantas ciudadanas y ciudadanos anhelamos. ¿No podrían quienes se dedican a la alta misión de ser nuestros representantes -elegidos por el pueblo, investidos de autoridad- ofrecernos ‘algo nuevo’ en vista del bien común del país?».
También habló del distanciamiento notorio de los jóvenes de las instituciones «de las cuales un tiempo tomaron parte -comprometidos y entregándose con gran generosidad-, porque en gran medida colmaban sus anhelos. ¿No sería este el momento de ofrecerles una verdadera renovación que los atraiga, aúne y puedan vislumbrar así un futuro de esperanza?».
A su juicio, el clamor de los más pobres es también hoy la prioridad. Al respecto, sostuvo que «son muchos los que no tienen casa o el pan para la mesa. La pobreza parece acrecentarse sin contención evidenciando como nuestra sociedad va generando una realidad creciente de descartados. En este momento teñido de ambiente electoral ¿No sería el momento para un gran acuerdo al servicio de generar políticas públicas que ayuden a los más pobres a transitar a condiciones de vida más humanas?».
En cuanto al tema migratorio, caballito de batalla para algunos candidatos, señaló que toca el alma de Chile.
«Son miles los hermanos que llegan a nuestra tierra buscando un mejor porvenir. Entendiendo las complejidades que este proceso conlleva, no podemos dejarnos llevar por actitudes discriminatorias, sino que debemos hacer relucir lo mejor de nuestra fraternidad. Por ello, resulta pertinente preguntarnos: ¿Cómo podemos trabajar para que el proceso migratorio que toca a la puerta de nuestra patria sea una oportunidad para quienes llegan y también para quienes los recibimos?».