
Ocho postulantes a la Cámara de Diputadas y Diputados participaron en el debate organizado por Radio Guayacán, donde abordaron los principales desafíos del territorio: agua, minería, seguridad, educación y transparencia.
Por Joaquín López Barraza
A pocas semanas de las elecciones parlamentarias, ocho candidatos por la Región de Coquimbo se reunieron en el debate organizado por Radio Guayacán, en el marco del programa Mira Quién Habla. Durante más de dos horas, los aspirantes a la Cámara de Diputadas y Diputados expusieron sus diagnósticos y prioridades legislativas para el próximo periodo, con coincidencias en los temas estructurales y claras diferencias en la forma de abordarlos.
Participaron Ricardo Cifuentes (DC), Juan Manuel Fuenzalida (UDI), Víctor Pino (Demócrata), Roberto Vega (RN), Félix Velasco (Amarillos), Carlos Ruiz (Amarillos), Rafael Vera (IND–ex DC) y Jorge Insunza (PPD).
Aunque el tono fue respetuoso, el intercambio dejó en evidencia la distancia entre quienes apuestan por una mayor presencia del Estado y quienes defienden una apertura hacia la inversión privada para resolver los principales problemas de la región.
Gestión del agua y descentralización: el tema que unió a todos
El debate comenzó con la crisis hídrica, el problema más transversal del territorio. Ricardo Cifuentes advirtió que la falta de planificación y coordinación institucional «ha impedido dar soluciones estructurales a un problema que ya no es coyuntural», e insistió en que la política de embalses y desalación debe tener continuidad, «pero con decisiones tomadas en la región y no en Santiago».
En la misma línea, Rafael Vera recalcó que «las soluciones hídricas requieren gestión local», planteando que el centralismo sigue frenando proyectos estratégicos. «No se trata solo de infraestructura, sino de una nueva gobernanza territorial del agua», afirmó.
Desde la vereda de Chile Vamos, Roberto Vega defendió la necesidad de incluir al sector privado en la ejecución de proyectos: «La inversión pública por sí sola no alcanza. La participación privada puede acelerar obras que el Estado no ha podido concretar».
Juan Manuel Fuenzalida, actual diputado y candidato a la reelección, coincidió en la urgencia de coordinar mejor a las instituciones. «El Estado sigue actuando fragmentado. Los proyectos se repiten o se detienen por falta de decisión. Eso es lo que hay que corregir», señaló.
Economía regional: entre el fomento productivo y la inversión privada
El desarrollo económico fue otro punto central. Félix Velasco propuso la creación de un fondo regional de fomento productivo, financiado con parte del royalty minero, con el fin de promover la innovación, apoyar a las pymes y diversificar la matriz económica. «No podemos seguir dependiendo de un solo sector. Hay que generar empleos de calidad desde la región y con mirada territorial», indicó.
Jorge Insunza, del PPD, coincidió en la necesidad de avanzar hacia una economía sustentable. «El crecimiento debe compatibilizarse con el respeto al medioambiente y con nuevas políticas de redistribución regional. Los recursos del royalty deben quedarse en las zonas mineras», planteó.
En tanto, Rafael Vera apuntó a la industrialización del cobre y el litio como áreas estratégicas para generar valor agregado. «Chile no puede seguir exportando recursos en bruto. Si producimos en origen, generamos trabajo y desarrollo local», sostuvo.
Desde el otro extremo, Fuenzalida y Vega destacaron la importancia de mantener reglas claras para atraer inversión privada. «La estabilidad jurídica y regulatoria es la base del desarrollo», dijo Fuenzalida, mientras Vega agregó que «la incertidumbre en materia ambiental y tributaria ahuyenta capitales y retrasa proyectos claves para la región».
Educación y seguridad: dos prioridades en contraste
En materia educativa, Víctor Pino planteó fortalecer la educación técnico-profesional y simplificar los procesos administrativos del sistema. «La excesiva burocracia asfixia a los colegios y termina perjudicando a los estudiantes», indicó.
Ricardo Cifuentes abogó por recuperar el rol articulador del Estado en la educación pública. «No puede haber un país desarrollado si no existe igualdad de condiciones entre la educación pública y la particular subvencionada», dijo.
Rafael Vera insistió en mejorar la formación docente en regiones. «No se puede hablar de calidad educativa si seguimos precarizando a los profesores», advirtió.
La seguridad pública también marcó el debate. Juan Fuenzalida planteó la necesidad de «devolver la autoridad al Estado» y dotar a las policías de más herramientas para enfrentar la delincuencia.
Carlos Ruiz, en cambio, sostuvo que «la seguridad no se resuelve solo con más policías», y apuntó a la importancia de fortalecer la prevención y la reinserción social.
Transparencia y modernización del Estado
La transparencia y la eficiencia institucional fueron abordadas por todos los participantes como uno de los pilares para recuperar la confianza en la política.
Cifuentes subrayó que «Chile necesita más control y menos discrecionalidad en el gasto público». En tanto, Insunza planteó que «los organismos fiscalizadores deben tener mayor independencia, y la evaluación de políticas públicas debe ser parte de la gestión estatal».
Carlos Ruiz añadió que «el país requiere una reforma profunda del sistema de compras públicas para evitar discrecionalidad y asegurar trazabilidad».
Rafael Vera coincidió en que la descentralización debe incluir también la fiscalización: «Si queremos gobiernos regionales fuertes, necesitamos contralorías regionales con más atribuciones».
Un diagnóstico compartido:
descentralizar para avanzar
Aunque las diferencias políticas fueron evidentes, los ocho candidatos coincidieron en la urgencia de descentralizar las decisiones, acelerar la inversión pública y dotar de competencias reales a los gobiernos regionales.
Todos reconocieron que la Región de Coquimbo enfrenta desafíos estructurales —crisis hídrica, falta de inversión, desigualdad territorial— que requieren coordinación entre el Estado, el sector privado y las instituciones locales.
La jornada cerró con un mensaje transversal: la necesidad de construir acuerdos sobre temas esenciales, más allá de los matices partidarios. Porque, como lo resumió uno de los participantes, «la gente ya no quiere diagnósticos, quiere resultados».





























