El problema de estas edificaciones tomadas para desarrollar actividades delictuales, ha sido una preocupación constante para quienes viven en sus alrededores. Desde el municipio de Coquimbo han desarrollado una serie de acciones para mejorar la calidad de vida de las personas que habitan el lugar y desde Serviu advierten que existe la posibilidad de retomar el proyecto.

Por René Martínez Rojas

Es de noche y los gritos se escuchan a varias cuadras. Desde lejos hasta se puede ver la sombra de figuras que corren pegando alaridos para meter miedo. A veces suenan disparos, también música fuerte.

Hay fiestas clandestinas. Hay okupas. Hay gente en situación de calle. Hay de todo en el sector de Lomas de San Ramón, menos seguridad para cientos de familias de las villas que circundan los departamentos que quedaron a medio construir por la empresa PACAL, en el sector Camino Las Parcelas, en la comuna de Coquimbo.

Lo cierto es que las familias no terminan de habituarse a esas situaciones frecuentes que los despiertan en la madrugada y los obligan a asegurar las puertas en sus hogares.

Joel es vecino y vive a metros del espacio. Para él y el resto de la población, el problema mayor «es la delincuencia desde que sacaron el cerco, desde que se supo que iban a quedar en abandono».

Cuenta que siempre mantenían el lugar cerrado por el temor de que los delincuentes «se pasaran a nuestro sector, y ahora se desató todo, porque hacen fiestas clandestinas en el interior, a veces con más de cien de personas, y llegan muchos vehículos. Llamamos a Carabineros, pero como es un lugar particular no pueden hacer mucho. A lo más hacen controles vehiculares».

Cientos de rayados

Bastante a maltraer y refugio de delincuentes, los más de 400 edificios de calle Neftali Gallegillos, entre Juan Vega Fábregas y Miguel Alzamora, se han transformado en un foco de insalubridad y de incivilidades, dado que las pandillas se los han ido tomando con el tiempo.

El clima ha hecho lo suyo. También los humanos hicieron su parte y hay cientos de rayados en las paredes. Muchas historias se cuentan.

Juntas de vecinos se han reunidos en reiteradas ocasiones para tratar de buscar alguna medida no solo con el municipio, sino también con parlamentarios. Incluso, el año pasado se conversó en cuanto a la posibilidad de trasladar al lugar alguna locomoción, «pues a menos que venga un colectivo a dejar pasajeros, no tenemos de manera directa y quienes no tenemos vehículo propio debemos caminar varias cuadras hasta Tierras Blancas para encontrar uno», reconoce Luisa, tesorera de la junta de vecinos.

Lamenta que este panorama no tenga hasta ahora remedio, «pues todo continúa tal cual. Por las noches se ve droga, fiestas y disparos. Por más que uno haga el reclamo no han solucionado nada…».

El abandono de los departamentos se arrastra hace unos cinco años, y la dificulta, reitera Luisa, «es cuando comienza a oscurecer y se hace casi imposible caminar por sectores aledaños, debido a que el lugar es tierra de nadie, principalmente los fines de semana».

Un lugar de riesgo

Hoy solo queda la obra gruesa, por cuanto se han robado todo. Para la concejala Sonia Elgueda el escenario es complejo, «porque cada vez se van deteriorando más. En lo personal fui convocada por los vecinos y había esperanza de que las familias fueran ubicadas ahí. No hay cierre perimetral, por ende, hubo un despojo de todo, y ha ido quedando en precariedad».

En la región es alta la demanda de vivienda y por eso «uno quisiera preservarlos, pues tanto problema de vivienda que existe que duele en el alma que esto se siga deteriorando y que se pierda. Acá hubo muchos anhelos truncados, puesto que el sueño de la vivienda propia nace a diario en una familia, y de pronto una empresa no cumple. He ido a visitar ese espacio y en la medida que se va oscureciendo, todos tienen conciencia de que se convierte en un lugar de riesgo, entonces hay que tener un plan de futuro».

Desde la Delegación Municipal de Tierras Blancas y la Dirección de Seguridad Municipal detallan que han desarrollado una serie de acciones orientadas en mejorar la calidad de vida de las personas que habitan el lugar, especialmente con trabajos que responden a una planificación en áreas de seguridad, recuperación de espacios públicos y fortalecimiento de la organización vecinal.

«Acciones que se han desarrollado en coordinación directa con la directiva del sector, la asamblea de vecinos y el presidente de la Unión Comunal, lo que ha permitido mantener un vínculo activo y permanente con la comunidad, levantar requerimientos de forma participativa y dar respuestas más efectivas y focalizadas», señalan.

Por lo mismo, se asignó un funcionario dedicado exclusivamente a la mantención de plazas como las ubicadas en las intersecciones de Neftalí Galleguillos con Miguel Alzamora, Juan Fábrega y la Plazuela Mariana de Cortés.

Además, a través de la Delegación Municipal, la Junta de Vecinos postuló exitosamente a fondos municipales para la instalación de 16 cámaras con monitoreo comunitario, por un monto cercano a $4 millones. De igual manera se cambiaron más de 100 luminarias y se instalaron 6 proyectores halógenos LED en sectores estratégicos como la construcción abandonada de la inmobiliaria Pacal y la plaza principal.

También se realizan constantes operativos de limpieza en el callejón Las Parcelas, respondiendo a solicitudes de vecinos organizados.

Ángelo Montaño, director regional de Serviu, advierte que la situación del proyecto de PACAL por parte del Ministerio de Vivienda ha implicado durante el último tiempo diversas mesas de trabajo a nivel nacional y regional con el propósito de evaluar los plazos que permitan retomar la obra.

«Hace días tuvimos reunión con la gerencia de la empresa donde ha identificado potencialmente la posibilidad de retomar el proyecto. Nosotros hemos exigido efectivamente el resguardo, seguridad, pero además porque existen garantías asociadas a ese proyecto. Sabemos de la importancia que tiene para la comunidad que ese proyecto se retome por la situación social que se está generando y hemos exigido a la empresa a cargo de estas obras, que es un proyecto en este caso desarrollado por privados, pero también con subsidio habitacional, que efectivamente les corresponde a ellos la seguridad y también hacer todas las acciones para que el proyecto retome las obras lo antes posible».

Por lo pronto, esperan dentro del mes de septiembre tener resuelto este panorama «y hemos estado en conocimiento también de acciones propias que ha estado estableciendo el municipio, a partir de la fiscalización que le corresponde dentro de las facultades que tiene la Dirección de Obras Municipales».

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