Pobladores acusan que el tubo instalado por el municipio en mayo, en vez de mitigar el riesgo, originó dos nuevos agujeros en la tierra que amenazan sus viviendas. Desde la municipalidad aseguran que ya está en licitación una obra definitiva por más de $120 millones.

Por Joaquín López Barraza

La trama de los agujeros en la tierra que se hacen en la población de La Cantera vuelve a surgir con cada lluvia, principalmente a que, según los pobladores y el mismo municipio, la inmobiliaria habría realizado trabajos deficientes para la decantación de aguas lluvias, provocando con el paso del tiempo enormes baches que preocupan a los habitantes.

Desde el 2012 denuncia el vocero de la agrupación Salvemos la Quebrada, Matías Cárdenas, que este problema aqueja a los vecinos. Situación que se ha reiterado durante los años 2015, 2017 y 2024, lo que colmó la paciencia de las personas que esperaban soluciones definitivas.

Este año el conflicto resurgió tras las intensas lluvias de junio, cuando el municipio de Coquimbo anunció en mayo la instalación de un tubo para evacuar las aguas lluvias. Esto, lejos de solucionar, agravó el problema de los socavones, generando otros dos nuevos.

Gran parte de la molestia, a modo de ver de Matías, es provocada al ver que «hay laderas de cerros que están comprometidas, la municipalidad en más de 10 años no ha dado ninguna solución. Y la que entregaron en vez de mitigar generó más daño. Es inaceptable que en el mes de mayo instalen un tubo y que eso genere dos nuevos socavones».

Pese a las advertencias y los avisos de que esto ya no puede seguir así, están cansados de que «la única respuesta sea venir a tirar tierra». A esto le suma una creciente decepción por las autoridades, ya que al sector habrían acudido concejales, consejeros regionales y diputados, pero en lo práctico no ven mucho avance.

El llamado de Matías es especialmente a los concejales de su comuna, a quienes acusa de no realizar su labor fiscalizadora como corresponde, a pesar de que casi todos, según relata, han visitado Villa Talinay y se han comprometido a exponer el problema en el concejo municipal.

«Ellos están mandatados a fiscalizar, en estos 10 años, ¿qué ha hecho el consejo municipal? Debe intervenir, no solamente darse aplausos y hacer cosas banales, que es lo que yo veo que está haciendo la municipalidad hoy en día», esgrime.

Esto lo compara con lo sucedido el año pasado en los condominios que fueron construidos en las dunas de Concón, pero con la gran diferencia de que a Talinay las respuestas no han llegado, pese a que su problema tiene una data mucho más larga que lo ocurrido en la región de Valparaíso.

«Me siento como un ciudadano de segunda clase, para el fenómeno de Viña del Mar se movió todo Chile, las instituciones y el mismo MOP, y acá con toda la influencia que tiene el alcalde Ali Manouchehri, ¿cómo no gestionar una solución de manera coherente y decente?», cuestionó.

Los socavones en Villa Talinay, conforme a estimaciones de Cárdenas, varían desde los 50 metros de profundidad los más grandes, pero también hay de 40 y 30 metros de profundidad. Y lo que más le preocupa es que están muy cerca de las viviendas.

«Proyectan a Coquimbo y La Serena como un área metropolitana, pero las instituciones no dan el ancho y estamos viviendo en el pasado. En esta zona que están los socavones se pretende hacer puentes. Si quiero mirar al futuro, primero debo solucionar los problemas de los vecinos, después miro hacia el mañana», comentó.

Desde la Municipalidad de Coquimbo, el alcalde subrogante David Díaz señaló que el problema «quedó en evidencia con las lluvias de 2017, cuando se originó un socavón en un área verde y se constató que el proyecto inmobiliario recepcionado en 2001 consideraba tuberías de menor tamaño, insuficientes para la cantidad de agua caída».

Añadió que la actual administración «habilitó mesas de trabajo con vecinos, solicitó informes a los organismos competentes y ejecutó medidas de mitigación —como rellenos y la instalación de una nueva tubería— que resistieron los sistemas frontales de este año».

En paralelo, sostuvo, se avanzó en una solución definitiva hoy en licitación, «con inversión municipal superior a $120 millones, que considera la reposicion del sumidero de aguas lluvias con una capacidad cinco veces mayor a la actual y la construcción de una obra de canal abierto para aumentar la captación y conducir el caudal hasta su descarga en el estero El Culebrón. Se espera iniciar su ejecución prontamente».

SENAPRED advierte riesgo
alto y activo en Villa Talinay

El director regional del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED), Angelo Hernández ,explicó que los socavones de Villa Talinay «representan un riesgo alto y activo, ya que corresponden a un proceso de remoción en masa que se reactiva con cada episodio de precipitaciones o con un sismo de alta intensidad». Según indicó, esta condición «podría derivar en una socavación mayor que afecte la calzada y, eventualmente, a las viviendas que están más próximas».

El organismo detalló que el problema se agrava por la deficiencia en el diseño y capacidad del sistema de aguas lluvias de la villa, lo que ha acelerado la erosión del terreno. Frente a ello, SENAPRED precisó que su rol no es fiscalizar ni ejecutar directamente las obras, sino coordinar las instituciones competentes y mantener el sistema de gestión del riesgo en funcionamiento. «Muchas veces la gente cree que debemos fiscalizar, pero esa atribución la ley no nos la entrega», subrayó la autoridad.

En ese marco, señaló que se ha trabajado de manera articulada con la Municipalidad de Coquimbo y Sernageomin en medidas inmediatas, como el cierre de accesos, el retiro de escombros y acciones preliminares de estabilización con retenedores de sedimentos.

El director recalcó que la responsabilidad final de ejecutar las soluciones corresponde al municipio, que ya comprometió un proyecto definitivo tras la mesa técnica realizada en enero de este año. Ese diseño considera los informes técnicos de Sernageomin y de la Dirección de Obras Hidráulicas, además de las recomendaciones de SENAPRED. «Nuestro objetivo es asegurar que las medidas que se implementen no solo sean efectivas en el corto plazo, sino que también reduzcan la vulnerabilidad del sector y eviten la generación de nuevos riesgos», puntualizó.

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