Paradero actual del Luis, padrastro de la joven Melissa, es un misterio

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Aun cuando Luis Santander está imputado en la causa por la muerte de la niña y el incendio en la casa donde se encontraba en Villa Talinay, no ha dado señales de vida ni siquiera comuncándose con sus padres.
Su mamá le hizo ayer un emotivo llamado: Si tienes algo que decir, cuéntalo, hijo.

¿Cuándo van a dejar tranquila a esa niñita?… Déjenla que descanse en paz, por favor!, escribía ayer una señora, seguramente madre, quien pide en lo posible no hablar más del caso de Melissa. Pero ella ha de saber que este caso recién comienza. Hay muchas puertas que cerrar. Una de ellas, saber si la presunta homicida actuó sola o tuvo cómplices en el horrible delito que costó la vida de esa niñita.

Ahora es la figura de Luis Santander la que comienza a tomar relevancia en el asesinato de la pequeña.

Tras la confirmación de la prisión preventiva para Mirta Ardiles en la jornada del miércoles, la investigación del Ministerio Público se centraría en él.

En el año 2010 fue acusado de presunto abuso sexual contra la menor, pero el caso quedó archivado. Hoy desde varios sectores señalan que su testimonio sería clave para esclarecer la verdad, pero hasta ahora ni sus padres saben de su paradero.

«La mamá tenía celos de Melissa, por eso la mató», señalaban agrupaciones feministas de Ni una Menos en las afueras del Tribunal de Garantía el pasado 3 de febrero en la formalización.
Comentarios que involucran indirectamente a Luis Santander, pareja de la única imputada en el horrible crimen de la menor de 12 años, asesinada en su casa en Villa Talinay el 26 de noviembre pasado.

Pero según su propio testimonio, Santander no estaba presente en el lugar de los hechos a la hora del crimen y que después quedó de manifiesto en la cronología entregada el día de la formalización por Fiscalía, donde se confirma que salió del hogar a las 10:29 de la mañana con su hijo a realizar una serie de trámites.

Al regresar, se habría encontrado con su casa llena de Carabineros y bomberos.
Tras más de dos meses de investigación y con la madre detenida en la cárcel de Huachalalume, el sujeto se encuentra inubicable.

Desaparecido desde Navidad

«Hijo, si usted está viendo esto, hable para estar tranquila. Lo único que quiero es que salga y diga lo que pasó», comentó Sonia Espinosa, madre de Luis Santander en el programa Contigo en La Mañana de CHV.

En el relato se asegura que perdieron comunicación con su hijo poco antes de la Navidad, fecha posterior al crimen. Dicen que no saben nada de su ubicación y que nunca percibieron algo extraño en el círculo familiar de Melissa.

Los suegros de la imputada continuaron asegurando la inocencia de su hijo, «porque si yo no lo escucho o no lo veo, converse conmigo, desahogase, si usted no hizo ni una cosa no se esconda, levante su frente bien alta, porque usted es un buen niño».

La extraña desaparición de Luis Santander se da en medio de la investigación de 180 días que impuso el magistrado Diego Rubí para este caso de conmoción nacional, y las dudas sobre su participación crecen a medida que pasa el tiempo.

«Hay que investigar también al padrastro, claramente tiene algo que ver», repetían las feministas aquella tarde en el tribunal de Coquimbo.

Las sospechas de estas mujeres tienen que ver con los antecedentes que rodean a Luis Santander en su hoja de vida, y que hacen referencia a una denuncia por presunto abuso sexual en contra de Melissa en el año 2010, cuando la víctima tenía tan sólo dos años de vida.

Por esos tiempos, la pareja formada por Santander y Ardiles comenzaban su relación.
«Era muy bonita, Melissa era muy de piel, yo me sentía halagado por estar con ella, porque yo sentía que era la persona que la iba a guiar en su camino, yo era su papá», comentaba el padrastro a los medios de comunicación días después del macabro hecho.

Prestó colaboración

Sin duda que su desaparición llama la atención, ya que en una primera instancia prestó colaboración en la investigación del Ministerio Público, incluso cedió su celular y declaró ante funcionarios de la Policía de Investigaciones. Todas las diligencias anteriores no hicieron que el ente persecutor lo identificara como sospechoso, pero si provocó la detención de Mirta Ardiles, su pareja.

Entonces las inquietudes de agrupaciones feministas crecen. Son ellas las que han pedido justicia con distintas marchas e intervenciones en las calles de la ciudad porteña.

«Nos gustaría saber realmente si están investigando al padrastro, porque pasan los días y de él no se sabe nada. No sabemos si está en Coquimbo o en otro lugar de Chile. ¿Qué pasa si Mirta confiesa y él sigue inubicable? Será un prófugo que pudo evitarse desde un principio si lo dejaban con alguna medida cautelar de verdad», finalizaron activistas.

Desde que comenzaron a surgir los primeros rumores y sospechas en la figura de esta pareja en la muerte de su propia hija, ambos alegaron inocencia. Luis Santander confesó en determinadas ocasiones su cercanía con Melissa a pesar de no ser el padre biológico.

«Yo le digo a esa gente que genera sus hipótesis, que se empiezan a amarrar de un comentario, que no lo hagan, porque nos hacen daño a nosotros que somos los afectados. Como dijo mi señora, si ustedes tienen una pregunta no lo hagan por redes sociales y pregúntennos a nosotros personalmente como éramos con Melissa», decía días después de la muerte de la menor.

Hoy, mientras su pareja sigue en prisión preventiva por el peligro que constituiría para la seguridad de la sociedad, y el magistrado desestimó los alegatos de la defensa, él continúa inubicable en caso de necesitarlo en lo pronto para prestar su colaboración en uno de los casos más horribles que la región tenga registro.

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