
Las últimas precipitaciones si bien aliviaron un poco el panorama, estas no logran aún revertir una condición de escasez hídrica que es bastante más estructural, especialmente en el Puclaro (Elqui), La Paloma y Cogotí (Limarí)
Por René Martínez Rojas
Pese a los evidentes problemas que siempre ocasionan los sistemas frontales, especialmente para la región de Coquimbo y muy particularmente para la provincia del Limarí, las precipitaciones son gratamente bienvenidas, por cuanto ayudan a reducir en parte el déficit hídrico que existe debido a la larga sequía que enfrenta el país.
Y aunque el agua caída la semana pasada no termina con la sequía, sí es un «alivio notorio» en relación con el déficit hídrico del año actual, especialmente cuando hay presencia de nieve, lo que ayudaría aún más en la reducción del déficit.
Al respecto, el seremi de Agricultura Christian Álvarez en referencia a los efectos de las recientes precipitaciones de agua lluvia y también de nieve, «podemos señalar que son muy positivos para la agricultura de la región de Coquimbo. No obstante, debemos ser muy precisos respecto de los volúmenes que se están manejando en los embalses».
Con información de la Dirección General de Agua, al 4 de agosto de este año, precisa que «podemos afirmar que el aumento en la capacidad de embalsamiento general de toda la región es de un 1% por sobre lo que se estaba estimando antes de las precipitaciones, destacando ahí el embalse Cogotí, en la provincia del Limarí, con un aumento de un 1,4% en particular».
No obstante, admite que estos efectos no solo se pueden medir en el corto plazo, sino también en el aumento de caudal que esto ha generado -y que es evidente-, «sino también como el efecto que va a provocar a los deshielos en los meses de septiembre a diciembre. Una situación que sin duda será de mucho beneficio para la agricultura».
En lo que hace referencia al secano, sin duda quienes pueden estar más aliviados, toda vez que las lluvias recientes «son muy precisas y efectivas para el crecimiento de praderas naturales. Por tanto, tendremos un buen año para el ganado caprino, para los crianceros en particular, y para las precordilleras donde se realizan las veranadas tanto chilenas como argentinas».
De igual manera dice que se puede apreciar un efecto inmediato, «dado que los suelos están saturados, los cultivos de cítrico, que son abundantes en la región y suman más de 5.000 hectáreas, no van a requerir durante el mes de agosto ningún riego en particular. Y ahí existe un importante ahorro, dado que la demanda de agua no se interrumpe durante el transcurso del año y estos cultivos son altamente demandantes».
Si bien las precipitaciones lograron activar algunos esteros y logró haber acumulación de agua en algunos de los embalses, principalmente en los más chicos, en los embalses más grandes de la región, como La Paloma en el Limarí, por ejemplo, cuya capacidad es de 750 millones de metros cúbicos (mm3), hoy solo acumula 62 millones.
Situación similar en Cogotí que llega a los 38,2 millones de metros cúbicos de una capacidad de 150 millones. Mientras que, en Elqui, el embalse Puclaro acumula 40,68 millones de un volumen total de 209 mm3. En Recoleta lo mismo: acumula solo 18,9 millones de un total de 100mm3.