
El uso de insultos en el discurso abrió reproches de todo el arco político y reactivó la discusión sobre el tono de la campaña. Mientras el Gobierno llamó a elevarlo, el Partido Republicano la respaldó.
Pamela Rishmague es una de las cartas del Partido Republicano para diputada por el distrito 5. La candidata encendió la polémica con el lanzamiento de campaña en Coquimbo, ocasión en que subió los decibeles en su discurso. Habló de «infelices» que habrían «dinamitado el país en dos minutos» y de «parar el daño que han hecho estos malnacidos». Las respuestas llegaron rápidamente, y no solo por el tono, también se instaló la pregunta por su vínculo real con la región que busca representar.
Lo que sí dijo en el lanzamiento
Se describió como empresaria que debuta en política y sostuvo que pretende «revertir la curva de decadencia moral, económica, social»; ahora bien, más allá de esas definiciones generales, no expuso medidas concretas.
El PS llevó la discusión al terreno local y habló de «turismo electoral», es decir, candidaturas sin anclaje efectivo en la zona. El dirigente Álvaro Valero sostuvo que Rishmague «no tiene arraigo» y que «el día de la elección votará en Vitacura».
Más allá del golpe político, se abren dos planos. En lo legal, el Servel verifica el requisito de residencia regional y eventuales impugnaciones las resuelve el Tricel. En lo político, el «arraigo» no está normado y suele medirse por presencia en comunas, equipo local y agenda en terreno.
La directiva regional del Partido Republicano cerró filas. Brian Salazar afirmó que el «malnacidos» aludía a «quienes destrozaron Chile durante el estallido delictual de 2019», no a la oposición, y relativizó la polémica por las formas: «si lo que se critica es la forma, a los chilenos les importa el fondo».
Desde el Gobierno, la seremi Paulina Mora llamó a «levantar el nivel del debate» y advirtió que normalizar insultos «no le hace bien a la democracia». En el Congreso, Carolina Tello (FA) planteó que ese tono entorpece acuerdos y pidió sostener la discusión con información verificable; en la misma línea, Nathalie Castillo (PC) sostuvo que «una campaña que maltrata e insulta no tiene propuesta más que la insolencia».
Dato para el lector
Para postular a diputada/o se exige residencia en la región por al menos dos años previos al día de la elección. El Servel verifica este requisito al inscribir y, si hay impugnaciones, las resuelve el Tricel. El «arraigo» no es exigencia legal y se debate en campaña como presencia territorial (agenda local, equipos y redes en la región).