
Mujer a cargo del terreno donde habitaban los tres extranjeros, señaló que ese día «los investigadores que fueron nos dijeron que el incendio fue provocado».
Por René Martínez Rojas
En el primer día de juicio oral por el homicidio del médico Nicolás Pinochet García (36) en julio del año pasado, la ronda de testimonios se centró particularmente en los medios de pruebas videográficas y en armar los momentos antes de la muerte de la víctima y en el actuar del imputado, primero y después de los hechos.
Por un lado, se escucharon las declaraciones de un carabinero, quienes entregó las dimensiones de la piedra con la que habrían dado muerte al médico, y también un PDI, quien realizó ese día de los hechos el reconocimiento del cadáver y al análisis en el sitio del suceso.
Ambos fueron los primeros en llegar esa tarde del 12 de julio al sitio eriazo donde fue encontrado el cuerpo del profesional con diversos golpes en la cabeza. Pero también la de una mujer, vecina de los tres extranjeros, y que era la encargada de las cabañas en la parcela 49, «designada por el dueño».
Además, se incorporó el testimonio como prueba anticipada de la expareja del único imputado, de nacionalidad boliviana.
Al respecto, el fiscal Nicolás Nicoreanu, en su alegato de apertura, expuso algunos de los medios con que el Ministerio Público espera probar la participación de uno de los acusados, quien se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Huachalalume.
A juicio del persecutor, «los hechos plasmados en la acusación tienen un carácter de inhumanidad de grandes dimensiones y la Fiscalía en un trabajo prolijo junto a la Brigada de Homicidios de la PDI y del equipo de crimen organizado y homicidios, ECOH, pudo a través de medios de prueba armar los momentos antes de la víctima y el actuar del imputado antes y después».
Nunca más volvió
También de nacionalidad extranjera, la mujer se sentó frente a los jueces y recordó el día posterior de los hechos, con la presencia de la PDI en el lugar y el incendio que afectó justamente la cabaña en la que vivía O.A, «compañero» de C.A.L, y quien se mantiene prófugo desde entonces y con una alerta internacional vigente en su contra.
Aún continúa viviendo en calle Hortensia Bustamante, en la parcela 49, junto a sus hijas y esposo, aunque relató que «ahorita quedan cinco cabañas -de las siete que había-, ya que hubo un incendio».
Señaló que el dueño del terreno va una vez al año y que en la quinta casa vivía C.A.L con su esposa y en la sexta, O.A.
«Ese día estaba en mi casa, porque tenía poco tiempo de a ver dado a luz, cuando llegó la PDI, quienes querían hablar con alguien para poder ingresar al terreno, así que salí y me dijeron que si podía pasar.
Llegaron dos policías nada más, como a las 11 horas. Hablaron conmigo, y me preguntaron si es que conocía a unas personas y me mostraron un video donde aparecía C.A.L, la mujer, O.A y el doctor, bajando por las escaleras de un apartamento.
Y les dije que sí, que las conozco, así que ingresaron, revisaron cabaña por cabaña y los agarran. Pero O.A se escapó, pues estaba ahí e imagino que salió por otro lado».
Precisamente a O.A lo vio la noche anterior, «y después no volvió más. Y en esa cabaña hubo un incendio como a los dos días que fue la PDI. Se quemaron dos casas, especialmente la de O.A».
¿Qué hizo la Policía de Investigaciones ese día?, le preguntaron.
«Sacaron muchas cosas del cuarto de ambos. También revisaron donde estaba O.A, pero como que no encontraron tantas cosas. Iban a volver, pero eso se quemó y nos dijeron que no nos acercáramos, pues iban a investigar más cosas. Ese cuarto fue cerrado por ellos mismos».
También de su relato da cuenta que ese incendio fue provocado.
¿Cómo lo sabe?, le consultaron.
«Porque los investigadores que fueron nos dijeron que el incendio fue provocado. Eso es lo que yo en verdad sé, porque para allá fue mucha gente, cuando estaban haciendo la investigación».
¿A qué hora empezó?
«Como a las diez y media de la mañana, rato después que se fue la PDI, que había ido nuevamente para investigar».