Por: Valentina Echeverría O.

El judo es parte de la vida de Antara Fuentevilla y Montserrat Alfaro desde que aprendieron a caminar. Hoy, a sus cortos 11 y 12 años, ambas lideran el ranking nacional en sus respectivas categorías —menos 34 y menos 31 kilos— y fueron las únicas representantes de la región de Coquimbo en obtener el pase para competir en el Sudamericano de Paraguay y el Panamericano de Lima.

Pero la ilusión se detuvo en seco. «El jueves se cumplía el plazo para demostrarle a la federación que teníamos los pasajes y el dinero, pero no lo logramos. Las niñas perdieron la oportunidad de ir al Sudamericano», lamenta Sally Valdivia, madre de Antara y apoderada de Montserrat.

El costo total para concretar el viaje —pasajes, estadía, inscripción y trajes oficiales (llamados judogis homologados, exigidos por la Federación Internacional)— asciende a cerca de 3 millones de pesos. A pesar de haber solicitado apoyo a la Municipalidad de La Serena, las familias no recibieron respuesta favorable según comentó la madre.

Una segunda
oportunidad

Aunque la frustración por perder el Sudamericano aún duele, las familias no bajan los brazos. Ahora enfocan todos sus esfuerzos en el Panamericano de Lima, Perú, programado para el 5 y 6 de diciembre.

«Tenemos fe en que se nos van a abrir las puertas. Las niñas están muy tristes, pero seguimos con esperanza. Queremos que puedan cumplir su sueño y representar a Chile y a la región», aseguró Sally.

Las deportistas pertenecen al club Risei Sakura que cuenta con 22 años de trayectoria, donde entrenan de forma constante y compiten a nivel nacional durante todo el año, formándose con los pilares de esfuerzo y perseverancia. Sus familias están organizando rifas y una campaña solidaria para costear los gastos del viaje y crearán una cuenta e Instagram oficial para recibir aportes y difundir la historia de las pequeñas judocas.

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