
El presidente regional del PR, Roberto Jacob, asumió el quiebre legal de la colectividad tras no alcanzar el 5% de los votos. La estrategia de los radicales busca recuperar sus principios históricos y el centro político, abandonando los tecnicismos para reconectar con la ciudadanía.
Joaquín López Barraza
La Ley Orgánica Constitucional de Partidos Políticos fue implacable con el Partido Radical (PR): al no alcanzar el 5% de los sufragios válidamente emitidos en la elección de diputados, la tienda más antigua de la política chilena quedó en riesgo inminente de disolución legal. Sin embargo, en la Región de Coquimbo, la reacción no es de lamento, sino de desafío.
El presidente regional del PR y exalcalde de La Serena por doce años, Roberto Jacob, asumió el duro golpe con realismo, estableciendo el tono de la «operación rescate» que ya se gesta en la tienda. «La ley es muy clara. A nadie le gusta estar en esta situación. Pero yo creo que siempre estas cosas hay que convertirlas en una oportunidad», declaró Jacob.
«Hay que edificar esta casa de nuevo»
Pese al golpe legal, la estrategia en el radicalismo es clara: se luchará por la vigencia histórica del partido. Jacob confirmó que la directiva buscará los mecanismos para reinscribir la colectividad y evitar que se pierda un legado de 162 años, cuna de tres presidentes de la República.
«El Partido Radical no puede desaparecer desde ningún punto de vista. Lo vamos a luchar. Creo que es una tremenda oportunidad para volver a refundar este partido», aseguró Jacob, enfatizando que la reacción de las bases y las mujeres de la militancia ha sido la de «no rendirse ni echarse a morir».
Pérdida del centro y los tecnicismos
Al analizar las causas de la crisis y la desconexión electoral, el líder regional apunta directamente a la pérdida de la identidad centralista del PR y a un problema de comunicación con el electorado.
«Tenemos que volver a hablar con el idioma de la gente. Yo creo que es importante que recuperemos los espacios que siempre fueron nuestros: la clase media, los profesores, la salud… muchos ocuparon ese centro que era nuestro», diagnosticó Jacob.
Para el exalcalde, la proliferación de colectividades nuevas y la polarización política desdibujaron el rol del PR, el único partido que, en su opinión, siempre fue de centro. «Efectivamente no nos percatamos de que esto se está polarizando hacia uno u otro lado y se iba perdiendo el espacio que es el centro», afirmó, señalando que la falta de convergencia fue aprovechada por los extremos.
La principal directriz de la refundación, según Jacob, es abandonar la rigidez y enfocarse en la cercanía: «Volver a recuperar el contacto directo con la gente, el hablar en palabras simples, sencillas, que el pueblo las entienda. Yo creo que ya los tecnicismos hay que dejarlos de lado y simplemente preocuparnos de los problemas.»
Receta para la vigencia: integrar a los jóvenes
Respecto a la histórica crítica de ser un «partido de viejos», Jacob defendió la inclusión de la juventud, aunque reconoció que los nuevos militantes son reacios a ingresar a las colectividades tradicionales. En la región, estima que la juventud radical bordea el 30% al 40% de la militancia, pero enfatiza que es vital darles espacio.
«Es bueno que la política se vaya renovando. A los jóvenes hay que integrarlos, a los jóvenes que protestan, que salen a la calle, hay que entregarles los espacios», señaló.
Pese a que el sistema electoral castigó la dispersión de votos, Jacob mantiene la esperanza en la mística radical para revertir la disolución administrativa. «Tenemos que edificar esta casa de nuevo para seguir avanzando y demostrar que el Partido Radical es necesario en la política de Chile», concluyó el timonel regional.































