Por: Valentina Echeverría O.

Una semana alcanzó a durar la alegría de una adulta mayor de Coquimbo quien recién había encontrado trabajo en La Serena. Su viejo pero querido Toyota Yaris —»el tesoro que le permitía seguir trabajando», como describe su sobrina — fue robado desde afuera de la casa donde era asesora del hogar. Lo que desencadenó el inicio de una búsqueda desesperada de sus familiares que terminará en Punta Teatinos, donde el vehículo apareció completamente desmantelado.

Vanessa Castillo, sobrina de la víctima, contó que su tía estaba feliz. Era asesora del hogar y cuidadora, pese a ser también una adulta mayor. «Encontró trabajo después de estar cesante, con una pensión miserable. Estaba contenta, motivada. Su auto era su herramienta para poder llegar a su trabajo todos los días».

Pero el séptimo día, cuando salió a las cuatro y media terminando su jornada laboral, el auto ya no estaba. «Quedó en shock. La persona que estaba recién operada y a quien ella cuidaba se descompensó, hubo que llamar a la ambulancia. Todos quedaron consternados».

Vanessa y sus hermanos comenzaron a recorrer el sector puerta a puerta, pidiendo cámaras, revisando domicilios, recolectando cualquier cosa que pudiera ser una pista. «Logramos dar con un video que mostraba un city car negro que llega, se baja un sujeto, rompe el vidrio y en tres minutos se lleva el auto en reversa. El auto de mi tía no tenía alarma, ni corta corriente, ni GPS. Era muy fácil robarlo».

Mientras la familia ordenaba el material, comenta la sobrina que «mi primo fue a fiscalía, pero le dijeron que las pruebas tenían que ser ingresadas a la plataforma con la clave única de mi tía», siendo este un trámite que según comentó, solo hacía poner trabas a la búsqueda. «Ahora entiendo por qué la gente desiste de estos procedimientos».

Ante la falta de respuestas, Vanessa decidió pedir ayuda por redes sociales. Publicó fotos del auto, ofreció recompensa, se unió a grupos de ferias y compraventa. «Me decían que me iban a estafar, que tuviera cuidado. Pero estaba desesperada».

Acompañada de su hermano y su sobrino también, llegó al sector donde estaba el Yaris, completamente destruido. «Me paralicé. No sé cómo explicarlo. Mi tía tenía esperanza de recuperarlo, pero lo encontramos ultrajado y al lado, otro Yaris, también desmantelado.

Misma marca, mismo patrón. Carabineros nos dijo que habían encontrado varios autos ahí. Entonces yo me pregunto si es un lugar conocido, ¿por qué no llegan antes a disolver estas bandas?».

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