
La autoridad regional destacó avances en resultados de aprendizaje y asistencia en la región de Coquimbo, junto con el proceso de desmunicipalización, aunque reconoció desafíos pendientes en infraestructura, convivencia escolar y salud mental.
Por: Valentina Echeverría O.
A pocos meses del término del actual gobierno, el seremi de Educación de la región de Coquimbo, Nicolás Pérez, realizó un balance de su gestión, marcada — según explicó— por la retención de estudiantes en el sistema educativo, la mejora de los resultados pedagógicos y el fortalecimiento de la educación pública a través del proceso de desmunicipalización.
Uno de los principales hitos del periodo fue, a su juicio, «la retención de estudiantes en el sistema educativo, que ha sido uno de los principales logros de esta gestión, junto con los resultados obtenidos en la prueba SIMCE, que han permitido acortar la brecha entre la educación pública y la privada».
En esa misma línea, destacó el traspaso de establecimientos al Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Elqui, realizado a mediados de este año, calificándolo como un proceso inédito. «Implicó la transferencia de más de 19 mil estudiantes a un servicio educativo dependiente del Estado, lo que ha contribuido a fortalecer el sistema educacional».
Consultado por los cambios visibles durante su periodo al frente de la seremi, la autoridad fue cauta en atribuir transformaciones estructurales, considerando que lleva poco más de un año en el cargo. No obstante, subrayó avances concretos en la consolidación de la educación pública y en la resolución de situaciones críticas heredadas. «Hemos logrado trazar una ruta concreta para ambos Servicios Locales, Puerto Cordillera y Elqui, y abordar problemas extremadamente complejos, como la deuda previsional de trabajadores de la educación en La Serena y el pago de sueldos en Coquimbo y Andacollo».
Uno de los desafíos más relevantes enfrentados durante el año ha sido, según el seremi, el aumento de hechos de violencia en los establecimientos educacionales. Al respecto, sostuvo que la magnitud de estas situaciones supera las capacidades tradicionales de las escuelas.
«La violencia que hoy observamos en los colegios nos obligó a reflexionar profundamente sobre los hechos que sabíamos eran ajenos a las prácticas educativas cotidianas y a gestionar, junto al intersector y especialmente con Carabineros, herramientas para abordar situaciones que ya revisten carácter de delito», indicó, agregando que se actuó con intervención directa y aplicación estricta de protocolos cuando fue necesario.
En cuanto al funcionamiento del SLEP Elqui, el balance fue de consolidación progresiva, aunque con desafíos relevantes por delante. «Es un servicio que ha ido avanzando en su instalación y enfrentará una prueba muy importante con el inicio del año escolar 2026». Recordando además la carga heredada de la antigua corporación municipal, particularmente en materias de infraestructura y gestión de personas.
Respecto a la salud mental y la convivencia escolar, el seremi manifestó que el sistema educativo se encuentra hoy mejor preparado que durante la pandemia, aunque reconoció que se trata de un desafío permanente. Destacó la implementación del Plan de Reactivación Educativa impulsado por el Ministerio de Educación, asegurando que «desde 2022 la asistencia ha mejorado en más de 10 puntos porcentuales en educación parvularia en la región de Coquimbo», lo que, a su juicio, respalda la efectividad de esta estrategia.






























