Alertan coletazos por despidos de funcionarios de hogar de menores con discapacidad en Coquimbo

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Trabajadores de la Residencia «Ayelén», ubicada en la Parte Alta de Coquimbo, y cuyo objetivo es brindar atención a niños y adolescentes con discapacidad del puerto, habrían sido notificados de una serie de despidos que se concretarían el 4 de enero de 2024. En ese contexto, denuncian problemas internos con los contratos y finiquitos de los afectados, y sobre todo que la determinación vendría en perjuicio directamente de los menores.

Serían 32 los hombres y mujeres que fueron avisados de que ya no serían considerados para el año entrante. Funciones que llevaban a cabo en el recinto ubicado en el sector de la Pampilla, antiguo centro Óscar Pereira.

Según reclaman a La Región, fue el 4 de diciembre pasado cuando aparentemente Julia Sanders, directora regional del Servicio Nacional de Protección Especializada de la Niñez y la Adolescencia, les habría dado supuestamente la peor de las noticias para cerrar el 2023, con la navidad a la vuelta de la esquina, reclaman. Allí se les habría dicho que tras dos años, el organismo estatal tendría entre sus facultades el hacer cambios en el equipo, pues vendría otra administración a hacerse cargo del teje y maneje del Ayelén, luego de una serie de problemáticas internas.

Dicen que les cortaron la cabeza supuestamente bajo el artículo 159-5, que establece como causal de término del contrato de trabajo la conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato. Esta causal de término procede en aquellos contratos que tienen la naturaleza de ser provisorios, no permanentes, o si se quiere, no indefinidos. En simple, despedir luego de que haya concluido la obra para cual fueron requeridos.

«Pero nosotros no trabajamos en ninguna obra, nuestro labor no se termina, trabamos con niños, esa relación es constante y la están cortando de mala manera», dicen los funcionarios.

Líos para sacar el seguro de cesantía, además de la denuncia que algunos no tendrían siquiera la indemnización, mantienen en alerta a la treintena de funcionarios, entre los que se encuentran de distintas profesiones, como psicopedagogos, nutricionistas, etc.

LOS NIÑOS
LO SUFREN

Sin embargo, dicen que lo que los tiene más complicados sería el corte de la relación que se da entre ellos como funcionarios y los niños que forman parte de la hermosa residencia, a la que hace poco tiempo le inyectaron recursos para mejoras. «Se están vulnerando los derechos de los niños, no solo los nuestros como trabajadores», agregan.

«Los niños necesitan ese apego, ellos tienen crisis de ira, hay que contenerlos, y despedir todo ese recurso humano, deja que los más afectados sean ellos, pues no van a tener a las personas que los han venido formando en los últimos 5, 6 o 7 años».

Así, esbozan que hay tías que llevan muchos años en el recinto y que han pasado por una serie de conflictos que han puesto en la palestra al hogar»

Cabe destacar que hace un tiempo, la residencia Ayelen perteneció a la Fundación para la Infancia, que fue un organismo colaborador del Estado. Aquel ente privado, que administraba la residencia, tuvo una serie de problemas que terminaron por sacarlos. Actualmente se adjudicó su administración un nuevo organismo, que debe comenzar a operar pronto, y la contratación de profesionales y procesos de selección es potestad de cada institución administradora.

La residencia, ubicada en el sector de La Pampilla de Coquimbo, estaba emplazada en un recinto del año 1979. Con el correr de los años, fue mutando hasta convertirse en un centro de protección para niños, niñas, adolescentes, e incluso adultos, con discapacidad, gravemente vulnerados en sus derechos y, en muchos casos, en situación de abandono, constituyéndose en un modelo residencial único a nivel nacional. Al no cumplir con las condiciones mínimas para su funcionamiento, debido al deterioro y la falta de espacios adecuados para la intervención, fue priorizado por el Gobierno Regional para su reposición, por más de $ 2.929 millones.

En octubre del 2022, la residencia fue inaugurada con la presencia del entonces ministro de Desarrollo Social y Familia, Giorgio Jackson, quien destacaba el compromiso del gobierno con el cuidado de la niñez y adolescencia, «la meta y desafío es concientizar a toda la población, generar las condiciones estructurales, para que las familias también puedan tener las herramientas para poder hacerse cargo de las distintas diferencias y dificultades que puedan enfrentarse al momento de la crianza y del cuidado de niños, niñas y adolescentes», decía.

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