Según información policial, Labocar constató que los dispositivos eran dos pistolas: una de fogueo y otra propulsora de gas.
Mediante una declaración, el Servicio Local de Educación Pública Puerto Cordillera, sostenedor del establecimiento educacional, se refirió a la situación y señaló que tras lo ocurrido se «activó inmediatamente el protocolo consignado en el Reglamento Interno, que no involucró a terceros estudiantes u hechos de violencia».
Asimismo, en el comunicado se expresó que, «profesionales del Servicio Local se hicieron presentes en el colegio para brindar apoyo al estudiante, al equipo docente y a la comunidad educativa, elaborando un plan de trabajo que incluye la intervención del equipo psicoeducativo del colegio con apoyo del Servicio Local».