
Familiares desesperados marcan las jornadas en el servicio de urgencia del Hospital de San Pablo de Coquimbo luego de la semana del 18 de septiembre. Usuarios se acercaron hasta el Diario La Región para denunciar una grave saturación en la atención, con demoras que, en algunos casos, superaron las seis horas de espera, lo equivalente a un viaje a Santiago, esbozaron con rabia.
Ha sido la tónica en el San Pablo. Fue el día lunes 22, después del término de la Pampilla, cuando la cantidad de personas en espera aumentó.
De hecho era tal que incluso los asientos del toldo instalado a las afueras de las urgencias estaban repletas de usuarios quejándose por algún malestar.
Doña Martina Marambio, de 70 años de edad, relató la angustiante espera que le tocó pasar
«Llevó mucho más de cinco horas aquí. No me puedo mover la pierna, no puedo caminar. Mi hija ha preguntado varias veces y todavía no nos dan respuesta», contó, mientras señalaba que otras personas habían llegado incluso antes que ella y aún seguían sin atención.
Claudia Rojas, hija de doña Martina a las 9:30 de la mañana. Desde entonces, la situación ha sido desesperante.
«Mi mamá tiene la pierna demasiado hinchada y no puede caminar. Tenemos miedo de que sea una trombosis. Hemos preguntado muchas veces y solo nos dicen que adentro está saturado, pero no se ha movido nada desde que llegamos. Hemos visto gente desmayarse, personas graves esperando. Parece que hay menos médicos atendiendo», denunció.
Gente grave sin camilla
La situación se vuelve aún más dramática en casos de pacientes postrados. María Alzola llegó con su esposo Álvaro, de 65 años, en un vehículo particular, ya que la ambulancia se negó a trasladarlo.
Según doña María las complicaciones de su esposo son varias «él tiene diabetes, hipertensión y una pierna con necrosis. Hace dos días comenzó a botar materia con sangre y me asusté mucho. Llamé a la ambulancia y me dijeron que no podían venir sin autorización médica. Finalmente lo traje yo misma».
«Solo pido que lo dejen acostado en una camilla, porque no puede estar sentado, pero seguimos esperando mientras pasan otros pacientes menos graves», relató, al borde de las lágrimas.
Hospital reconoce aumento de crisis
El doctor Hugo Llewellyn Rojo, jefe de la urgencia del Hospital de Coquimbo, explicó que la situación se debe a un aumento previsible de consultas posterior a las celebraciones de La Pampilla.