Denuncian que la información difundida es errónea, que se intervino el entorno pese a compromisos previos, y que se intenta desviar la discusión sobre el uso ceremonial permitido por el CMN.
Joaquín López Barraza
A solo días de que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) afirmara públicamente que el Parque Urbano Cerro Grande no intervino el sitio ceremonial conocido como colca, la comunidad diaguita Elke denunció una nueva situación que amenaza con agravar la tensión: la instalación no consensuada de señalética con información imprecisa y de estructuras que podrían generar erosión en el entorno del monumento arqueológico.
Según explicó Cristian Robles, vocero de la agrupación, durante una visita al cerro realizada esta semana constataron la presencia de una placa que identifica el lugar como «Colca Inca» —lo que consideran incorrecto— además de carteles que promueven el paso de bicicletas junto al sitio y estructuras metálicas tipo atrapanieblas colocadas muy cerca.
«Nos prometieron que todo lo que se hiciera ahí se iba a conversar con las comunidades.
Nos encontramos con señalética que nunca discutimos, con errores en la información, con estructuras feas, oxidadas, y con instalaciones al lado del sitio que pueden generar erosión. Nos parece una falta de respeto tremenda», sostuvo Robles.
El reclamo ocurre pocos días después de que el Minvu declarara a este medio que el parque «no intervino ni intervendrá» la zona del sitio arqueológico, ubicado a más de 500 metros de las obras principales. También afirmaron haber mantenido un diálogo formal con el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) desde 2017 y sostuvieron que, dado el carácter protegido del lugar, no pueden realizarse ceremonias sin autorización expresa.
Robles cuestiona esta postura y la atribuye a un intento por «desviar la atención». «Nosotros no hemos recibido ninguna prohibición formal. De hecho, el informe que recibimos del CMN reconoce explícitamente el uso ceremonial que hemos hecho del lugar por al menos ocho años», indicó.
En paralelo, el arqueólogo Luis Pizarro, también ha criticado la ejecución del parque sin haber activado el sistema de evaluación ambiental, a pesar de que, según él, el sitio tiene claras características de centro ceremonial andino y no de colca. «Esa construcción no es una bodega, es una huaca. Por su forma y ubicación, corresponde a un centro ritual del Tahuantinsuyo», señaló.
Consultado por esta diferencia, Robles explicó que la comunidad sigue llamando «colca» al sitio por costumbre oral, pero que coinciden con Pizarro en que probablemente se trata de una huaca. «Lo más seguro es que sea una huaca, y eso lo va a confirmar el estudio de base que exigimos. Hay más estructuras en el cerro, lo que se ve es solo la punta del iceberg», afirmó.
En su último oficio, el CMN reconoció formalmente el sitio como Monumento Arqueológico y solicitó al Minvu definir medidas de resguardo, incluyendo un estudio arqueológico completo.