
La inesperada intervención del alcalde Ali Manouchehri, en la entrada norte de la comuna, en el sector de Peñuelas, causó revuelo entre vecinos y autoridades locales. El pasado viernes por la tarde, el jefe comunal, junto a su equipo y trabajadores municipales, fue visto realizando mejoras en las icónicas letras de bienvenida en la Ruta 5, en medio de lo que parece ser un simbólico respaldo al Club Deportivo Coquimbo Unido, que está a punto de coronarse campeón del fútbol chileno por primera vez en su historia.
Se reemplazó la bandera chilena por una del equipo pirata, lo que fue interpretado por muchos como una muestra de identidad y apoyo al club, pero también generó algunas dudas respecto al uso del espacio público y el proceso de decisión detrás de la intervención.
El concejal Mario Burlé, quiso aclarar sus palabras argumentando en primera instancia fueron mal interpretadas, el abogado recordó que en su montero el concejo municipal votó para que la bandera chilena fuera colocada permanentemente en el mástil emplazado en la Ruta 5. Realizándose una emotiva ceremonia para su inauguración, momento en el cual todos estuvieron contentos, sin mencionar la posibilidad de cambio por otro tipo de emblema.
«Yo no me opongo, ni jamás me voy a oponer que flamee la bandera de Coquimbo. Los dirigentes de Coquimbo Unidos saben que en tiempos pasados cuando había concejales que se oponían a beneficios que se le iba a otorgar al club, yo los defendí abrazo partido».
«Pero lo que a mí me duele y a lo mejor puedo estar equivocado es que se haya reemplazado nuestro emblema patrio que es la bandera que une a todos los chilenos y que era un orgullo incluso para los turistas que llegaban».
El concejal explicó que si estiman que debe estar la bandera del equipo de fútbol que así sea. «Jamás se ha querido denostar ni mucho menos, no identificarse con la ciudad, yo me he identificado plenamente con la ciudad, todos saben dónde está mi corazón incluso saben que yo soy coquimbano de cuerpo y alma», afirmó.
Mientras que el concejal Vicente Cortés, señaló «Valoro la instalación de la bandera en el acceso a la comuna como un gesto de identidad y pertenencia. Los colores negro y amarillo no son sólo los de un club deportivo, sino parte del alma coquimbana», quien llamó a no mirar el gesto con «división ni con mirada política».
En la misma línea, la concejala Bárbara Toro expresó que la bandera «representa la alegría de la gente», especialmente en un momento tan decisivo para el equipo. «Desde que se instaló esa bandera la gente anda contenta, y nosotros nos debemos a la gente».
Freddy Bonilla, concejal y destacado dirigente social, por su parte reconoció el entusiasmo ciudadano y el valor simbólico del gesto, pero recordó que el mástil instalado originalmente estaba destinado a izar la bandera nacional, y que el proyecto fue aprobado con ese objetivo.
«Tal vez esta situación no fue consensuada ni conversada en el Concejo Municipal. Podría tratarse este miércoles», señaló, proponiendo como alternativa la instalación de un segundo mástil que permita convivir ambos símbolos el nacional y el deportivo.
Bonilla agregó que, si bien no se debe perder el espíritu de triunfo que vive la ciudad, también es importante respetar los acuerdos y garantizar que las decisiones municipales se tomen en un marco institucional.