
Semana del Clima abordó el cambio climático con expositores locales y nacionales. Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura, uno de ellos. «Hay que pensar en la desalación no solo como una respuesta espontánea, sino de manera más estructurada», señaló.
Por René Martínez Rojas
Bajo el lema «Chile se adapta: infraestructura y territorio frente el cambio climático», varios fueron los expositores que durante cuatro días dialogaron en torno a la acción climática, la planificación territorial sostenible y la resiliencia de la infraestructura.
Uno de ellos fue Carlos Cruz, director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura, organismo que le hizo entrega -hace unos días- a las y los candidatos presidenciales un documento con 36 propuestas apuntando no solo a recuperar el crecimiento, sino también responder a las demandas sociales, territoriales y productivas.
No es posible
En su muestra de este jueves –hoy termina el seminario organizado por País Circular, auspiciado por ISA Chile y desarrollado en la Universidad San Tomás en La Serena- abordó los «Desafíos del plan de adaptación y de mitigación de la infraestructura al cambio climático», destacando la necesidad de obras claves como una planta desaladora y embalses, medianos y pequeños.
«Tenemos un problema y debemos resolverlo rápido, porque queremos tener seguridad hídrica de aquí a 5 años y no seguir discutiendo formalidades que finalmente van entrapando este proceso que permita dotar a la población de seguridad hídrica en esta época», señaló.
Qué duda cabe que uno de los mayores problemas se vive en la ruralidad, con más de dos millones de personas que aún viven en situaciones menos densas, «donde hemos hecho un desarrollo importante en los problemas de Agua Potable Rural y si bien ha resultado en alguna medida, todavía tenemos un tercio de esa población que está con camiones aljibes, y eso nos parece que para el nivel de desarrollo que el país aspira, no es posible».
Por lo mismo, afirma que «debemos pensar en soluciones que nos permitan resolver los problemas de nuestra población de forma más activa», porque también existe una incógnita con «nuestras actividades productivas».
Destaca que «la minería ha resuelto, por su cuenta, el tema de la crisis hídrica por la vía de la desalinización. Tenemos más de 20 plantas de desalinización ya operando y más de 40 en proyecto. En fin, la gran minería ha sido capaz de resolverlo. No así la pequeña y mediana y tampoco otras actividades productivas como una que, a mi juicio, tiene un tremendo potencial: la agroalimentaria. Y ahí tenemos que ver de qué manera podemos compatibilizar la crisis hídrica con la necesidad de seguir desarrollando actividades productivas, que sean las que le entreguen el sustento a nuestro proceso de desarrollo».
Embalses
Tan importante como la desalinización son los embalses, «porque si no tenemos agua, la poca que tengamos seamos capaces de embalsarla. Estamos pensando en embalses grandes, medianos y pequeños. Pero nuestra preferencia, por oportunidad y por rapidez, son los medianos y pequeños, ya que los grandes son muy complejos».
Como ejemplo, sostuvo que en Chillán se quería construir uno que podría contener cerca de 500 millones de metros cúbicos «que es mucha agua, pero van tres procesos licitatorios y ninguna opción capaz de implementarlo. ¿Por qué? Por problemas ambientales, con los regantes y porque es muy caro. Seguir insistiendo en estos grandes embalses puede ser bueno, pero tal vez pensemos en producciones menos eficientes si uno quisiera, pero más rápidos por la necesidad por la cual debemos enfrentar este desafío. Creo que hay que pensar en la desalinización ya no solo como una respuesta espontánea, sino de una manera más estructurada».
Pablo Pinto, rector de las instituciones Santo Tomas sedes La Serena y Ovalle, se mostró contento con el conversatorio y las distintas actividades que en cuatro días se desarrollaron en términos del cambio climático «y cómo San Tomás se posiciona como un actor relevante en términos de lo que tenemos que hacer en la formación justamente del cambio climático».
Señaló que «este seminario muestra el énfasis que tenemos con la academia, con el sector privado y con el sector público en cuanto a trabajar mancomunadamente para resolver los problemas que tiene el desarrollo territorial».
Es la primera vez que se traslada un evento de esta magnitud a la región, «así que estamos muy orgullosos de ser los anfitriones y abrir estos espacios para desarrollar conversaciones mucho más productivas respecto del cambio climático y los efectos y acciones que podemos tomar para mitigarlos».