Aunque el Concejo Municipal aprobó su restitución hace siete años, desde el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural explican que el proceso no ha avanzado por falta de un dictamen del Consejo de Monumentos Nacionales y por las complejas condiciones técnicas y logísticas que implica su traslado.

Por: Valentina Echeverría O.

A siete años de que el Concejo Municipal de La Serena aprobara la devolución del moái que se encuentra en el Museo Arqueológico a Rapa Nui, la pieza patrimonial continúa en la ciudad sin que exista un proceso formal de restitución en curso. Desde el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (SERPAT) aclararon que, pese a la intención manifestada en 2018, no se ha emitido ninguna resolución oficial que permita avanzar en su traslado.
El moái llegó a La Serena en 1951, tras ser trasladado desde Rapa Nui en el histórico vuelo del avión Manu tara, el primero en unir la isla con el territorio continental chileno. La pieza fue incorporada como parte de un intercambio de carácter científico y cultural, en una época previa a la actual legislación patrimonial. Con el paso del tiempo, el moái fue declarado Patrimonio Nacional y quedó bajo custodia del Museo Arqueológico de La Serena, situación que hoy condiciona cualquier eventual proceso de restitución.
Según explicó el organismo, al tratarse de un bien declarado Patrimonio Nacional, la jurisdicción del moái depende del Estado de Chile, por lo que cualquier restitución debe ser gestionada entre las instituciones que serán custodias de la pieza y el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). «Independiente de la intención del Concejo Municipal, el CMN no ha dictaminado acción alguna respecto del proceso», señalaron desde SERPAT.
Actualmente, el Museo Arqueológico de La Serena, mantiene la custodia del moái y debe asegurar su resguardo y protección. Desde el servicio explicaron que, mientras no exista una solicitud oficial ni un pronunciamiento del CMN, el museo está obligado a conservar la pieza en sus dependencias.

A ello se suman importantes nudos críticos de carácter técnico y económico debido a que el moái sufrió una fractura de consideración en el cuello durante los años 90, producto de una manipulación inadecuada mientras era trasladado en una gira por Francia. A raíz de ese daño, el Estado debió intervenir la pieza e iniciar un proceso de restauración, determinándose posteriormente que su custodio final fuera el Museo Arqueológico de La Serena debido a su condición de objeto patrimonial frágil.
Desde SERPAT precisaron que cualquier eventual movimiento del moái requiere un cuidado mayor al de otras piezas similares y una planificación de alta complejidad. Entre las exigencias se cuenta la apertura o desarme del techo del edificio patrimonial del museo, el uso de grúas especiales, transporte terrestre y marítimo, restauración posterior del inmueble y un rediseño completo de la museografía, además de asegurar el financiamiento entre todas las partes involucradas.
La estatua, identificada con el número de inventario 14.856, mide cerca de tres metros de altura, tiene un ancho de 1,52 metros, un largo de 0,85 metros y un peso aproximado de tres toneladas, lo que incrementa las dificultades logísticas para su traslado.

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