
El famoso y simpático hincha porteño cumplirá años en un mes y ya pidió su regalo: festejar en Las Rosas junto al plantel y la copa.
Por René Martínez Rojas
El 28 de noviembre cumplirá, como dice su padre, la edad de Cristo. Y el Ricky Vergara Traslaviña ya pidió el regalo: que Coquimbo Unido sea campeón este domingo en Rancagua cuando enfrente a O’Higgins, o en las fechas siguientes…
Porque han pasado veinte años de aquella final perdida ante la Unión Española (2005) y el Ricky, presente esa jornada en el viejo Francisco Sánchez Rumoroso junto a Ricardo (66), su padre, desea que esta vez sí se les pueda dar la alegría más grande.
«Fuimos ilusionados, felices como siempre, apoyando e incluso entramos en la cancha, porque hasta en ese instante mi hijo estaba autorizado y lo hacía junto con el equipo. Pero se perdió y la desilusión fue grande. La verdad que he sido bien frío para muchas cosas, pero ese día salimos llorando. Fue una oportunidad y ahora tenemos otra nuevamente, con otro ambiente y con las ganas de los jugadores, así que estamos con la esperanza…», recuerda el padre.
De ensueño
El Ricky es hincha acérrimo de Coquimbo Unido y pese a padecer de diparesia espástica, no falla cada vez que el equipo juega de local, incluso ha viajado fuera de la región.
Recibió el reconocimiento como hijo ilustre de la comuna en 2018 «y creemos que es por lo mismo, porque se hizo tan hincha y popular desde que lo lleve al estadio, cuando tenía tres años», dice Ricardo.
Desde entonces que no han abandonado al club y siempre con el anhelo de verlo levantando la copa de campeón, sueño que se puede dar en los próximos días, gracias a una campaña de ensueño.
«Esta temporada no hemos ido a todos los partidos, pero no porque no queramos, sino porque trabajo y por los turnos. Pero de todas maneras me las ingenio para pedir días administrativos o que me adelanten algunos días de vacaciones para poder estar en el estadio. ¿Sabe? En la vida de mi hijo son muy pocos los partidos que hemos faltado y cuando hemos tenido recursos a veces viajamos a gran parte del país, especialmente a Santiago».
No puede faltar
Como anécdota, cuenta que una vez recibió una invitación de la selección chilena para ir al Nacional y el Ricky fue con su traje de pirata y de Coquimbo Unido.
Para este domingo tienen pensando ver el partido en casa, en familia, independiente que el municipio dispondrá de pantallas gigantes en el estadio para quienes no puedan viajar a apoyar al pirata, lo puedan seguir en vivo y disfrutar en comunidad.
«Y si no se logra esa jornada, esperemos que sea la semana siguiente con La Calera y dar la vuelta olímpica en el Francisco Sánchez Rumoroso. Ese día tengo libre y aunque no lo hubiera tenido, estoy pidiendo los días administrativos o vacaciones pendientes, porque tenemos que estar en el estadio junto a mi hijo. No puede faltar».
De hecho, tenían planes para viajar a Rancagua, «pero surgieron algunos inconvenientes, como el cambio de horario que finalmente nos perjudicó, además del precio de las entradas».
Aunque le reitera a su esposa e hijo que «hay que esperar», sí reconoce que cuesta «desenfocarse» de lo que está pasando con el aurinegro, dado que la ilusión de ser campeón es grande y está muy cerca.
«A veces me contengo, pero estamos tranquilos, porque ya tuvimos una experiencia en la que terminamos sufriendo…», señala y agrega que, para el 28 de noviembre, cuando su hijo festeje los 33 años, espera festejar el cumpleaños hacerlo en Las Rosas con el equipo y ojalá con la copa. Pero más allá de todo, padre e hijo, vecinos del sector El Canelo en la Parte Alta, se muestran extremadamente felices por el club de sus amores, al igual que toda la comunidad pirata.































