Hijo de Don Renán Fuentealba: «Se fue muy tranquilo, en paz (…) Creía en el diálogo, que las cosas se construyen entre varios, decía»

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Restos mortales del líder, fundador de la DC y ex Intendente de Coquimbo serán velados en la iglesia Nuestra Señora de Lourdes.
Hoy se ofrecerá una misa donde estarán sus familiares, camaradas y colaboradores cercanos, además de la presidenta del Senado.
Posteriormente habrá un responso y su cuerpo será cremado
en Guayacán.

La iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, enclavada en la intersección de las calles Balmaceda con Huanhualí, fue el escenario para las decenas de personas que se acercaron ayer a saludar y despedir a Renán Fuentealba, histórico militante y fundador de la Democracia Cristina, parlamentario por varias zonas del país, además de Intendente de Coquimbo por 11 años consecutivos.

Al lugar se acercaron varias autoridades, consejeros regionales, parlamentarios, amigos cercanos y público en general, a brindarle un adiós. Justamente, Diario LA REGION consiguió conversar con parte de su familia, quien si bien se percibía, indudablemente, afectada por el deceso, recibía todas y cada una de las muestras de cariño.

Fuentealba se casó con Doris del Carmen Vildósola Maldonado y era padre de tres hijos: Javier, Carmen Cecilia, y del ex diputado del Partido Demócrata Cristiano, Francisco Renán, éste último entregó este testimonio a este medio.

¿Muchas personas de distinto espectro destacan la estatura de su padre?
«Así parece, porque hemos recibido cientos de saludos y condolencias por la muerte de mi padre. No me corresponde a mí de hablar sobre él. Deja a la familia y sus hijos un legado de consecuencia, honestidad, transparencia, perseverancia y adhesión a los principios sobre los cuales se ha educado y rodeado toda la vida».

¿Cómo fue el deceso del ex Intendente?
«Indudablemente que es una pena, pero una alegría de haber gozado con él a sus 104 años y haber compartido sus últimos minutos y segundos. Se fue muy tranquilo, en paz, y muy bendecido».

Las muestras de aprecio vienen no solo de la región, sino de distintos puntos del país…
«Mi padre creía fervientemente en la política. Fue la ocupación de la vida, junto con el ejercicio de su profesión de abogado. Creía en el diálogo, en que las cosas se construían entre varios. No que uno se imponía a los otros. Para él la situación que se vivía en el país era extremadamente delicada, lo afectaba muchísimo, como también lo que pasaba en algunas partes de nuestro país, como en La Araucanía, donde él fue senador por dos periodos. Estuvo siempre presente en los acontecimientos nacionales y regionales».

Se destacaba también la cercanía de su padre con la región…
«Él leía todos los días la prensa regional y nacional, pero primero se enteraba de lo que sucedía acá en La Serena. Quería mucho a Illapel, a la región de Coquimbo en general. Y por consiguiente, murió donde él quería morir y lo estamos velando en lo que era su parroquia. Él no quería homenajes, era un hombre austero, humilde, pero no por eso menos valiente o perseverante en sus principios».

¿También se recuerda la lucha de su padre contra la Dictadura de Pinochet?
«Yo lo acompañe en el exilio, porque me tocó estar también en Costa Rica, posteriormente él me fue a ver a Uruguay, donde yo estaba cumpliendo una Misión de Naciones Unidas, pero para él siempre lo más terrible que le puede pasar a una persona es que no pudo despedirse de su madre, que murió en el año 1978, y que tuvo que dejar a dos hijos en Santiago con todas las consecuencias que eso significaba. Cuando se le permitió regresar, lo hizo sin dudas y se instaló en Tongoy y La Serena para precisamente continuar con su labor de servicio público, especialmente en esta región que quería mucho. Ser hijo de Renán Fuentealba, un exiliado político, perseguido político de la dictadura de Pinochet, de manera tal que para él fueron años muy oscuros».

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