
Durante la mañana del día martes 29 de julio funcionarios de la Unidad de Salud Mental Integral (USMI) del Hospital de Coquimbo realizaron una movilización simbólica, en conjunto con organizaciones gremiales y agrupaciones de padres y madres, para denunciar las graves deficiencias en recursos humanos, infraestructura y atención que enfrenta actualmente la salud mental infanto-juvenil en la región.
La manifestación, que se desarrolló a las afueras del centro asistencial, fue encabezada por la Asociación de Enfermeras y Enfermeros del hospital, la FENATS (Federación Nacional de Trabajadores de la Salud) y otras agrupaciones, en una señal de unidad frente a una problemática que, aseguran, lleva años sin solución.
Bárbara Herrera, presidenta de la Asociación de Enfermeras y Enfermeros del Hospital de Coquimbo señaló «hoy nos juntamos para mostrar nuestro apoyo a los funcionarios de salud mental infantil y también para llamar la atención de las autoridades respecto a las condiciones precarias en las que trabajan, y sobre todo, a la poca calidad de atención que están recibiendo los niños y niñas con patologías de salud mental».
Entre las principales demandas está el aumento urgente de horas de psiquiatras infantiles, el fortalecimiento del equipo interdisciplinario que incluye psicólogos, terapeutas ocupacionales, asistentes sociales y educadoras y la mejora de la calidad contractual de los trabajadores. También se pide una intervención inmediata en la infraestructura del recinto, que actualmente no cumple con los estándares mínimos de dignidad ni seguridad sanitaria.
Una crisis sostenida
Para Iris Contreras, presidenta de FENATS en el hospital, la situación es insostenible «Estamos en una pandemia de salud mental infantil. No damos abasto. Los espacios no son aptos, los profesionales están hacinados y, además, faltan especialistas en todas las áreas. Las familias están desesperadas porque no hay atención, no hay médicos, no hay psicoterapia, no hay seguimiento.»
«Cuando hay dos patologías en una familia, la familia completa se enferma en la salud mental. Entonces nosotros exigimos que la autoridad tanto local como regional se siente y busque una solución a nivel del ministerio porque esto es un tema, si no nos solucionan acá, tenemos que solucionarlo a nivel ministerial».
Luis Barahona, dirigente nacional de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Salud, fue enfático al referirse a este problema de largo arrastre «hay papás que están sufriendo por la falta de atención a sus hijos. No hay psiquiatras, no hay infraestructura, no hay compromiso real de las autoridades más allá de promesas. Estamos exigiendo una solución inmediata y concreta.»
«Nuestros hijos no pueden esperar»
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la intervención de Marcela Olivares, madre y presidenta de la Asociación de Padres y Familias de Niños en Tratamiento de Salud Mental. «Estamos viviendo una crisis. Nuestros hijos no pueden esperar más. Muchos han llegado a hospitalización por no tener una atención oportuna. Si existieran los recursos necesarios desde el inicio, muchos de estos niños no llegarían a ese nivel de crisis», afirmó.
Olivares recalcó que la escasez de psiquiatras obliga a desviar recursos limitados a casos urgentes, dejando sin atención a otros pacientes en espera ya que sólo existirían dos psiquiatras infantiles que se mueven a lo largo de toda la región. «Los terapeutas intentan suplir el vacío, pero no es suficiente. Esto afecta también a los profesionales, que trabajan con sobrecarga emocional y física.»
Un peligro latente
La precariedad, llega hasta los espacios donde los pacientes del área de salud mental del área infanto-juvenil son atendidos, funcionarios del hospital aseguran que los pacientes deben de ser atendidos y hospitalizados en el sector de pediatría con infantes que padecen patologías de otro índole.
Iris Contreras comenta «esta dificultad también afecta a la unidad de pediatría porque como no hay camas hoy día, estamos atendiendo tantos niños con salud mental y estamos atendiendo niños con otras patologías en pediatría y donde ahí se cruza el tema de que hay que proteger a los niños con otras patologías porque si hay un niño con salud mental que pueden agredirlos». Afirmando que esta situación crea una vulneración de derechos hacia todas las partes involucradas.