
José Antonio Kast se transformó hoy en el nuevo Presidente de Chile imponiéndose en las elecciones con un amplio margen, emulando al resultado del Plebiscito Constitucional de 2022 y propinando una derrota histórica a la izquierda. El republicano sacó un 58,3% versus un 41,7%. Kast, abogado de 59 años, será el presidente de la república entre el 11 de marzo de 2026 y el 11 de marzo de 2030 y tendrá la misión de estabilizar esta década marcada por las consecuencias del estallido social, la pandemia, la fallida promesa de cambiar la Constitución y, sobre todo, por el aumento de la inseguridad.
Lo hizo con un mandato claro cercano al 60% de sufragios, cifras récord por donde se le mire. Pero el desafío estará en no confundir ese apoyo electoral en un respaldo ideológico, trampa en la que cayeron Sebastián Piñera y Gabriel Boric. Kast partía la jornada con una ventaja. Si bien sacó 23,92%% en la primera vuelta, todos los candidatos centroderecha y derecha superaron el 50%. Jara, por su parte, llegó al 26,85% y necesitaba todos los votos de los candidatos de izquierda más Franco Paris y, además, algo de Evelyn Matthei. No lo logró. El republicano ganó en todas las regiones. Algunas con holgura, como en La Araucanía donde se impuso por sobre el 70%, pero también el norte, el fuerte de Parisi. Incluso en regiones donde Jara puso especial énfasis como Coquimbo, el feudo de Daniel Manouchehri, donde cerró su campaña, llegó al 46%. En seis regiones la votación de Kast es histórica en segundas vueltas, incluso superando a Bachelet vs. Matthei: Arica y Parinacota, Tarapacá, Ñuble, La Araucanía y Los Lagos.
El gran triunfo de la oposición fue lograr imponer el eje de conversación de la campaña, en línea con las principales preocupaciones de los chilenos según los sondeos. Y no fue solo Kast, también Johannes Kaiser y Evelyn Matthei: Seguridad, migración y crecimiento. Jara, que en su programa de primarias incluía la nacionalización del cobre y el litio, debió acomodarse a ese rango con realismo y con renuncia. El hecho que partiera su franja de segunda vuelta en la frontera, hablando de migración, es la muestra palpable de que la música la puso la derecha en este torneo electoral. A diferencia de Boric hace cuatro años, Jara no contemplaba ninguna reforma estructural en su programa y, una de las cosas que la cacofonía del debate Anatel ocultó, es que había varios puntos concordantes en las propuestas de ambos aspirantes.




























