«La última carrera de Héctor»… ingeniero tocopillano dejó la minería en el norte para emprender en Coquimbo…

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A los 46 años, Héctor Saavedra Díaz perdió la vida mientras ejercía como conductor de la aplicación InDriver. La tarde del domingo pasado fue registrada su última carrera en la base de datos de la empresa de movilización urbana, tras ser asesinado presuntamente por dos menores edad. El «Araña», como lo bautizaron en su natal Tocopilla, trabajó en minería en Antofagasta y llegó a Coquimbo para cambiar de rumbo y acercarse a sus padres, quienes radican en la Región de Valparaíso. El hombre estaba preparado para trabajar en el rubro, tenía un Peugeot 2008, full equipo, que sin lugar a dudas le sumaba puntos para transportar a sus clientes. En paralelo era fotógrafo. En julio de 2018 funda la Comunidad Fotográfica de Elqui (Cofel), organismo donde alcanzó a mostrar su lado más social.

Era de los populares en la tierra de Alexis Sánchez. De hecho la portada del diario La Estrella de Tocopilla anunciaba este miércoles el crimen que tiene consternado a la zona. «Tenía una capacidad tremenda para formar lazos, que por lo que veo siguió conservando. En una localidad chica todos se conocen, pero el negro era destacado. Estando en Coquimbo se pegó varios viajes para el norte cuando hacíamos juntas el curso», cuenta desde Iquique el periodista Alejandro Rondón, amigo de infancia de la víctima.

Y le decían «Araña» porque era de test morena y con una cabellera motuda llamativa. «Parecía una de rincón», agrega ríendo. Ambos egresaron del Liceo Domingo Latrille. «No es porque sea mi amigo, pero era muy querido y conocido. Bueno para el fútbol, jugaba en el Halcón Negro del amateur».

Tras la etapa colegial, el fallecido hizo sus estudios superiores en la Perla del Norte, ciudad donde estudió Ingeniería en Administración de Empresas. Tras formarse como profesional se desempeñó en la minería, sin embargo sus ganas por cambiar de aire fueron más y se vino a tierra pirata.

«Quiso estar cerca de sus viejos, que se fueron a vivir a la Quinta Región. Conociéndolo, se tuvo que haber aburrido también de la rutina de estar en las empresas contratistas de Antofagasta. Él estaba bien en el norte, tenía sus lucas ahorradas. Se compró una casa y la vendió para irse al sur. Nosotros le decíamos sur a Coquimbo (ríe)».

Habría sido el año 2014 cuando se instala finalmente junto a su compañera Joselyn en el sector del Bosque San Carlos, en Nova Hacienda. Dos hijos, de 12 y 7 años, hicieron que se la jugara con emprendimientos. Así montó una amasandería para seguir creciendo económicamente y como núcleo familiar.

SE APASIONÓ POR LA FOTO

Claro que con el paso de los años y la arremetida de las aplicaciones de transportes urbanos, Héctor vio la posibilidad de un ingreso extra y comenzó a hacer parte de las distintas plataformas que el común de la gente conoce como Uber.

El tiempo hizo que también la víctima del brutal homicidio comenzara a desarrollar su lado artístico. En julio de 2018, Héctor funda la Comunidad Fotográfica de Elqui (Cofel) en compañía de cuatro amigos. El objetivo siempre fue agrupar a los amantes de la «foto» en la región de Coquimbo, y así lo habría hecho. Organización sin fines de lucro gestada por fotógrafos de la región, aficionados y profesionales, que buscan generar redes de apoyo y comunicación con el fin de perfeccionarse, obtener nuevas experiencias fotográficas y audiovisuales.

«Su especialidad era la foto retrato. Tuvo a cargo de muchas iniciativas importantes que hemos hecho como Cofel. Recuerdo la actividad en el hospital de La Serena con trabajos realizados a recién nacidos y prematuros. Fue una obra increíble. Además del nexo que hizo con la fundación Edudawn, con unos retratos hermosos que se ejecutaron en el Parque Japonés», cuenta Pamela Valdivia, miembro de la directiva de Cofel.

Oficio que también le aportaba ingresos. «Le salían trabajos como matrimonios y cosas así, hacía fotos catálogo y le pagaban. Pero más que nada fue su pasión, siempre se hacía su tiempo para ocupar su cámara a pesar del trabajo que tenía y que le quitaba mucho tiempo».

Esa «pega» era la de chofer de App. El domingo pasado estaba activo InDriver, aplicación de «regateo» donde el cliente puede negociar junto al conductor sobre el monto final de la carrera.

La historia estremece, y es que de vez en cuando Héctor solía trabajar con su pequeño hijo que sufre de Transtorno de Espectro Autista. Sin embargo, aquello lo hacía solo en carreras con conocidos, debido a la confianza que existía. Aquello fue justo y necesario para que el alcalde de Coquimbo le ofreciera ayuda social, jurídica y sicológica a la familia del fallecido. En esa misma línea, como chofer, pero en otra vereda, se informaban entre colegas sobre los viajes complicados, esos como el del pasado domingo.

INVESTIGACIÓN

La PDI y el Ministerio Público buscan conectar el crimen con la detención de dos menores de 17 años, quienes prefirieron guardar silencio al ser interrogados. Presuntos delincuentes chilenos que no habrían concretado el robo del vehículo, ya que el auto quedó parado en medio de la carretera debido a su tecnología.

El delito que se está investigando es el de robo con homicidio, ilícito por el que serán formalizados durante la jornada del jueves, tras la aplicación de detención que solicitó el fiscal Salinas. Según información recabada por este medio, dos mujeres menores de edad estarían involucradas, ya que se les vio deambulando por los sectores del hallazgo de los imputados y en un video en redes sociales. ¿Quién pidió el servicio de Héctor? se revisarán las imágenes, además de un celular encontrado en El Panul, sitio de los hechos donde fue hallado el cadáver con diversas puñaladas en el pecho, en el hombro y la espalda, ejecutadas con armas cortantes.

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