Ladrón que roba comida de jardín infantil desafía escribiendo: «yo soy y qué»

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Desde 2017 que la Escuela de Lenguaje Santa Ana, en Caleta San Pedro, se ha visto vulnerada por el accionar de un delincuente que ha desvalijado todo: computadores, televisores, libros, estuches y hasta el alimento de los niños… ¡y hasta el alimento!

Este año nomás, en el mes de abril, han sido dos los robos. Hablan de un sujeto delgado y andrajoso, según lo que se puede ver de las cámaras de seguridad, y que en su última visita se robó un televisor y la comida de las tías y también la de los niños, para antes de retirarse dejar un aviso, de manera desafiante: «Yo soy y qué».

En sus robos se llevado algunos libros y la creencia errónea señala que robándolos se fomenta la cultura. Pero acá, la verdad, no los saca para leer, pues las tías aseguran que el autor sería un drogadicto por la manera de actuar, de ingresar al jardín, incluso como perrito, «escavando un hoyo entre la arena y la pandereta», explica Natalia
Tapia, educadora diferencial.

Carolina Videla, subdirectora, comparte la idea y señala que «debe ser un drogadicto, un angustiado, porque a veces roba solamente la alimentación de las tías y la de los niños. Cuando ha ingresado saca lo que tenemos, que son lácteos, leche, galletas, cosas de consumo de nosotras que están en el comedor, pero también se ha metido a la cocina y ahí es donde roba mucho, dejando a los niños sin comida, lo que ya es lamentable. Si la última vez que ingresó escribió algo en el registro que lleva la tía de la cocina, así que creemos que es el mismo tipo que se ha metido a robar en el último tiempo».

Recuerda, además, que la vez que se llevó mucha comida fue el día en que justamente llegó el camión de la JUNAEB, que trae la mercadería para el mes, y que para ellas fue mucha la coincidencia, «por lo tanto pensamos que esta persona puede ser del entorno, que vio cuando llegó el camión, y por la noche se metió y robó casi todo».

Como las veces anteriores, el ingreso de este sujeto es cuando el jardín está vacío, en la madrugada -aunque una vez lo hizo a eso de las diez de la noche- quebrando vidrios y manchando, incluso, las cortinas con su sangre.

«Nos ha robado todos los televisores, que lamentablemente no nos duran ni una semana. Son plasmas y están en cada una de las cuatro salas que tiene el jardín. Sabemos que lo hace en solitario, porque tenemos las grabaciones, y al otro día, cuando llegamos, nos enteramos que los vidrios están rotos y las cortinas manchadas con sangre, debido a que se ha cortado sus manos», expresa la tía.

De punto y codo…

Este Jardín cuenta con 92 niños, en su mayoría del sector, pero también de lugares aledaños. Comenzó a funcionar en el año 2009, pero recién el 2017 partieron los robos, cuya vez primera los dejaron sin ningún computador. «¿El mismo tipo? Antes no teníamos cámaras, así que no sabemos si era, pero del año pasado que tenemos el seguimiento con las cámaras y sabemos que es el mismo», revela Carolina.

Y como los robos eran constantes, decidieron poner alarmas, lo que no ha evitado que este ladrón siga haciendo de las suyas. «Si una vez entró en punto y codo -pues lo vimos en las imágenes- para evitar el sensor de la alarma. Aquella vez lo hizo por el costado, donde hay un peladero, que nos complica mucho, pero también ha entrado por otros lugares. Se ha llevado libros, juguetes, en realidad roba lo que pilla. Este año fue un televisor, en el mes de abril, y el año pasado fueron tres…», indica.

Los apoderados y profesores están indignados, porque acusan que no se ha tomado ninguna medida para mejorar la seguridad. Y tampoco de la Caleta, en realidad, que lamentablemente ha sido, debido a las nuevas construcciones, objeto de robos constantes al interior de las viviendas.

«Hicimos la demanda, entregamos los videos de las cámaras, pero hasta el momento no hemos tenido ninguna respuesta, ninguna solución. Carabineros ha venido a preguntar si hemos tenido otro robo, si hemos sabido quién es, pero nada más. Como medidas de seguridad tenemos solamente las alarmas, y ahora se están haciendo las cotizaciones para las rejas, pues quieren poner protecciones en las ventanas, pero solamente por la parte de atrás, que es por donde ingresa, aunque igual ha roto vidrios por la parte delantera. Dicen que puede ser del sector, que es de Las Compañías, pero en realidad no sabemos de dónde puede ser y quién es», aclara Carolina.

Lo complicado todavía, es que debido a los robos, hoy los televisores están guardados bajo siete llaves y sin poder utilizarlos, lo que ha dificultado el trabajo en las salas de clases.
«Los apoderados están molestos, porque lamentablemente por culpa de un delincuente, sus hijos se están privando de muchas cosas, como por ejemplo no ver televisión y tampoco pueden hacer actividades lúdicas con apoyo visual, así que los niños se están perdiendo muchas cosas y lo hablan en sus casas, por lo que entendemos la molestia de sus padres por la situación. Desde el mes de abril que están sin televisores, y cada vez que terminamos la jornada guardamos todo en una oficina, porque tenemos miedo que nos vuelvan a robar. Imagínate que cada impresora cuesta cien mil pesos, así que todo lo de valor lo guardamos cuando nos vamos», lamenta la tía.

«Para nosotros tampoco es fácil. Y cuando es un fin de semana largo es peor, dado que no dejamos casi nada en el colegio y nos llevamos todo lo que sea de valor, hasta lo más mínimo, porque para robar una calculadora te va a romper el vidrio y, lamentablemente, el vidrio es mucho más caro que la calculadora, entiende».

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