
La Pampilla de Coquimbo no solo se vive en la explanada ni en los shows que iluminan el escenario mayor. También existe un espacio íntimo, lejos de los focos, donde los artistas se preparan y dejan ver su costado más humano: el backstage. Este 2025, esa ventana hacia lo invisible volverá a estar en manos de la comunicadora coquimbana Lorna Berríos, quien asumirá nuevamente la tarea de transmitir al público la emoción que se vive tras bambalinas.
Por Joaquín López Barraza
«Para mí es un honor y un orgullo ser parte de la Pampilla. Como coquimbana, siempre soñé con estar en ese escenario que forma parte de nuestra identidad. Hoy tengo la responsabilidad de mostrar lo que el público no siempre ve: la emoción previa y la sensación posterior de cada artista», señala.
De la radio al escenario
Berríos construyó su carrera desde la radio. Sus primeros pasos fueron en Montecarlo 102.7 y en América 99.3, emisora donde conduce un programa diario al mediodía y ha consolidado por más de una década un vínculo cercano con la audiencia. También pasó por Radio Mistral, donde creó el espacio Mujeres Todas Cuentan, dedicado a visibilizar historias femeninas que rara vez encontraban espacio en los medios.
Ese enfoque social la llevó a ser reconocida en 2018 como lideresa regional en medios de comunicación, por su aporte en tender puentes entre la comunidad y los micrófonos.
Su llegada a la Pampilla de Coquimbo no fue casualidad. Durante años participó en celebraciones y festivales de toda la región: la Pampilla de Vicuña, el Festival Ilumina organizado por el Gobierno Regional, el Anatauma Kullkutaya en Monte Patria y distintas fiestas comunales, además de actuar como jurado en certámenes de la voz y concursos de misses.
«Cada festival fue un aprendizaje invaluable. Me enseñaron a manejar imprevistos y a conectar con artistas y comunidades distintas. Finalmente, llegar al backstage del escenario principal de la Pampilla de Coquimbo ha sido el gran desafío: un escenario hermoso, pero también exigente, donde todo lo aprendido cobra sentido», comenta.
Más allá de la animación, su rol es capturar lo que ocurre antes y después del show, cuando los artistas muestran su faceta más vulnerable. «Mi trabajo en el backstage es mostrar ese lado que la gente normalmente no ve. No es el espectáculo en sí, sino la antesala y el después: el instante en que el artista está nervioso antes de salir o con la adrenalina a mil al bajar del escenario. Esa emoción también merece compartirse con el público», explica.
Para Berríos, ese espacio cumple una función distinta y complementaria a la animación principal: conecta a las personas con la esencia del artista más allá del show.
Paralelo a su rol en eventos, la radio sigue siendo su casa. Desde América 99.3 mantiene un espacio estable y, a la vez, ha ampliado su alcance en redes sociales. Esa visibilidad la ha convertido en rostro de campañas de marcas nacionales e internacionales.
La comunicadora asegura que tanto su carrera como su vida personal han estado guiadas por un principio común: hacer las cosas desde el corazón. «Siento que Dios me dio el don de la comunicación para conectar con las personas y transmitir un mensaje positivo. Ese es el mensaje que quiero dejar: todos tenemos un propósito, y el mío es comunicar y ser un puente para otros», reflexiona.