La escasez de infraestructura, el colapso del sistema de hospitalización psiquiátrica infanto-juvenil y la falta de continuidad en los tratamientos llevaron al equipo de Pediatría a iniciar una movilización. Padres y madres se sumaron a la protesta, exigiendo soluciones urgentes.

Por: Valentina Echeverría O.

Una mañana agitada se vivió este lunes en el frontis del Hospital San Pablo de Coquimbo. Desde las 09:00 horas, el Departamento de Pediatría se movilizó en conjunto con padres y madres de niños, niñas y adolescentes (NNA) con problemas de salud mental, denunciando la grave crisis que enfrenta el área infanto-juvenil debido a la falta de psiquiatras, espacios adecuados y personal capacitado.

Falta de especialistas y hospitalización colapsada

Eugenia Urizar, dirigenta de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud (FENATS), explicó que «el gran problema que tenemos es que no hay psiquiatras infanto-juveniles en el hospital, por lo tanto, los pacientes —que tienen hasta 18 años— no reciben una evaluación oportuna y el personal de Pediatría no cuenta con las herramientas para tratarlos».

Actualmente, hay alrededor de 14 pacientes hospitalizados por crisis de salud mental en Pediatría, pero solo cinco camas están habilitadas para estos casos. Según Urizar, los funcionarios están desbordados y han debido enfrentar incluso agresiones por parte de pacientes desregulados. «El personal se ve imposibilitado de entregar una mejor atención porque los espacios son pequeños. Los pacientes no tienen dónde jugar, distraerse o liberar energía».

Déficit estructural y círculo vicioso

Urizar añadió que el problema es estructural y que las carencias se acumulan sin solución. «Necesitamos al menos tres psiquiatras infanto-juveniles para atender a la población. Actualmente, faltan —si no me equivoco— 130 horas de especialista en atención primaria. Entonces, los niños no reciben atención a tiempo, quedan con controles pendientes, sin medicamentos, se descompensan y terminan en urgencia donde no tenemos especialista ni área para tratarlos».

Aunque la dirección del hospital informó en una reunión con FENATS que estaría realizando gestiones para incorporar a un psiquiatra que apoye en Pediatría, la dirigenta advirtió que el equipo se mantiene en estado de alerta y no descarta iniciar un paro indefinido. «Estamos a la espera de la respuesta que nos pueda dar el subdirector médico entre martes y jueves, respecto al avance en las contrataciones».

Madres exigen compromiso de autoridades

Desde hace meses, la agrupación de familiares Antu-Kuyen ha levantado la voz alertando de esta crisis. Su presidenta, Marcela Olivares, afirmó que la movilización responde a la «falta de interés y preocupación de la dirección del hospital y de las autoridades competentes».

«Para que los pacientes hospitalizados puedan mejorar, necesitan una atención integral. La falta del especialista psiquiatra provoca que su recuperación se alargue y su mejoría demore más», advirtió. Olivares también expresó preocupación por el desgaste emocional del personal, asegurando que «los funcionarios han tenido que asumir roles para los que no están preparados, y la desregulación de los niños los supera».

Sobre la expansión de camas comprometida para la quincena de julio, comentó que aún no se concreta. «La situación es súper compleja. Hacemos un llamado también a las autoridades, porque si el director del Servicio de Salud de Coquimbo dice que es un tema de presupuesto, entonces nuestros senadores y diputados también deberían hacerse cargo».

El hospital responde

Desde el Hospital de Coquimbo, el subdirector médico de atención cerrada, doctor Jaime Bastidas, reconoció la gravedad de la situación y explicó que «el perfil del paciente pediátrico ha cambiado en los últimos años, y ha aumentado significativamente el ingreso de adolescentes con problemas de salud mental. Es una realidad que se repite en todo el país».

El médico detalló que actualmente la región solo cuenta con cinco camas para hospitalización psiquiátrica infanto-juvenil, y que el hospital presentó un proyecto para sumar cinco camas más, pero aún sin resolver el principal obstáculo, que es la contratación de un psiquiatra infantil. «Por más concursos que hemos hecho, no ha sido posible llenar ese cargo. Hemos tenido muchas dificultades para encontrar a ese profesional».

Si bien señaló que se están evaluando alternativas junto al Servicio de Salud para redestinar horas disponibles de la región, advirtió que aún con nuevas camas, el problema no se resolverá del todo. «Pediatría va a seguir recibiendo pacientes de salud mental. Por eso lo que les planteamos a los funcionarios es que deben prepararse para convivir con esta nueva realidad. Pero también sabemos que esto es absolutamente insuficiente para la demanda actual».

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