
A una semana de la elección, el sociólogo y académico UCN Manuel Escobar proyecta dos escenarios para la Región de Coquimbo: el oficialismo perdería al menos un escaño; Chile Vamos mantendría dos (con disputa UDI–RN); y el eje Republicanos/Libertarios podría quedarse con uno o incluso dos cupos.
Por Joaquín López Barraza
La campaña entra en horas de descuento y el Distrito 5 —que abarca toda la Región de Coquimbo— vuelve a perfilarse como termómetro nacional. El académico Manuel Escobar entrega una lectura que cruza los últimos datos disponibles con el pulso territorial.
«Manouchehri puntea en parlamentarias. Conecta 360 lo mostró con 17,6% y eso se sostiene: es el liderazgo más consolidado del distrito», afirma Escobar. «El resto del oficialismo no logra ese arrastre».
Según el analista, la lista oficialista de Unidad para Chile llega con una mochila pesada. «Hay un voto obligatorio muy crítico con el gobierno que opera como voto castigo. Con ese telón de fondo, lo más probable es que el oficialismo pierda al menos un escaño; en el mejor de los casos, pierde uno; en el peor, dos», sostiene.
Dentro del bloque, identifica figuras en riesgo: «Carolina Tello está abajo; el cambio PC–Frente Amplio la expone a un doble castigo. Nathalie Castillo aparece más abajo que Cifuentes. Cifuentes, con nombre instalado, resiste mejor.» A su juicio, «Manouchehri es el único con ventaja clara. El resto no logra convertir conocimiento en adhesión».
En el bloque de Chile Vamos, Escobar proyecta que la coalición mantendrá sus dos escaños, aunque con disputa interna. «Chile Vamos mantendría dos. La novedad es quiénes: Marco Antonio Sulantay (UDI) sigue competitivo; Juan Manuel Fuenzalida (UDI) también está arriba por oficio y visibilidad; y Roberto Vega (RN) entra a escena con campaña conocida —le fue bien como constituyente— y podría desplazar a un UDI. El reparto puede terminar uno y uno, UDI–RN. El sistema proporcional y la suma por lista serán decisivos», explica. En cambio, Víctor Pino (Demócratas) «se va a perder. Cambió de pacto y está bastante más abajo», advierte.
La gran novedad, agrega, aparece a la derecha de Chile Vamos. «Entre Republicanos y Libertarios veo una votación significativa: uno asegurado y no descarto dos escaños en el escenario alto. Es consistente con su tendencia: les fue bien en procesos recientes y capitalizan la desafección».
En paralelo, observa una pequeña posibilidad de irrupción del centro político. «Hay una probabilidad de que Amarillos capture un cupo. Pablo Yáñez aparece encima de Félix Velasco en mis números. Si el oficialismo pierde dos, se abre esa ventana».
Escobar sintetiza su análisis en dos escenarios. En el más desfavorable para el oficialismo, la distribución sería: Oficialismo 2, Chile Vamos 2, Republicanos/Libertarios 2 y Amarillos 1. En el escenario intermedio, que considera más probable, el reparto sería: Oficialismo 3, Chile Vamos 2, Republicanos/Libertarios 1 y el centro (Amarillos) 1. «Entre esos dos bordes va a caer el resultado. Lo que no veo es a Chile Vamos bajando de dos», puntualiza.
El académico sostiene que los resultados se definirán principalmente en las comunas más pobladas. «La Serena, Coquimbo y Ovalle concentran cerca del 70% de la población. Ahí se juega la elección. Otras comunas pesan mucho menos. El voto urbano define los márgenes y el reparto de restos», afirma.
Sobre el comportamiento del electorado, Escobar subraya el peso del voto obligatorio y del descontento. «El votante obligado es más apático y muy crítico del gobierno. No necesariamente vota por la derecha, vota contra el gobierno. Esa ola de castigo pega en parlamentarias y empuja el escenario de pérdida oficialista».
En su análisis, los nombres propios se ordenan con claridad. «Arriba aparecen Manouchehri (PS), Sulantay y Fuenzalida (UDI) y Vega (RN). En duda están Castillo (FA) y Cifuentes (DC), que se sostiene mejor, mientras que Tello (FA) está en riesgo. En salida, Pino (Demócratas) se cae, y surge Pablo Yáñez (Amarillos), que podría dar la sorpresa», describe.
Aunque su foco está en la elección parlamentaria, Escobar vincula la tendencia regional con el clima presidencial. «Para la derecha, esta primera vuelta opera casi como primaria entre Kast, Matthei y Kaiser. Kaiser sube a costa de Kast; Matthei podría remontar si la merma de Kast es fuerte, pero el escenario más probable sigue siendo Jara primera, Kast segundo, Kaiser tercero y Matthei cuarta. Ese orden condiciona el ánimo del electorado opositor en la última semana».
De cara al domingo, el sociólogo identifica cuatro factores clave: eventuales fugas de votos dentro de Chile Vamos hacia Republicanos y Libertarios en comunas urbanas; la capacidad de Manouchehri para arrastrar un segundo nombre del oficialismo en Serena–Coquimbo; y el umbral de Amarillos, que podría abrirse si el oficialismo cae a dos.
En síntesis, Manouchehri llega primero. Chile Vamos defiende dos con pulseada UDI–RN. La derecha dura crece y puede romper el tablero con un segundo escaño. El oficialismo, salvo sorpresa, pierde al menos uno. Y el Distrito 5 vuelve a demostrar que los márgenes —y los restos— se disputan en el eje Serena–Coquimbo.





























