Reos de Huachalalume en huelga por llegada de cien internos desde Santiago

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Se suman a los 20 que arribaron en el mes de mayo. La preocupación
es latente y los presos por temor a contagiarse no dejan ingresar al patio a los otros afuerinos. Desde Gendarmería lamentaron esta situación: «Esto nos generará un conflicto con el resto de la población, con lo funcionarios y con los familiares de los internos…», dijo el presidente regional de Anfup, Jaime Pereira.

Fue el 15 de mayo cuando desde Santiago llegaron 20 internos, de los cuales cinco resultaron positivos con coronavirus. Ayer llegaron cien desde el Centro de Detención Preventiva (CDP) de Santiago 1, lo que generó una huelga al interior del penal de casi 400 internos del módulo 58, que no recibieron su alimentación como manera de protesta.

«Es complicado el tema que de un día para otro nos lleguen cien internos, y nosotros como trabajadores y como dirigentes, como representantes, desconozcamos estas decisiones que toma la autoridad», cuenta Jaime Pereira, presidente regional de Anfup (Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios).

La preocupación no sólo radica en que se enteraron «por algunos colegas que trabajan en las distintas unidades, del traslado», sino también porque los internos no están dejando que los ‘nuevos inquilinos’ puedan ingresar al patio.

«Sabemos que no tenemos mucha influencia en estas determinaciones, pero algo podemos aportar y opinar, puesto que tenemos más de treinta internos que no están ingresando a los patios y caminan todo el día alrededor de la unidad penal o de distintos módulos por si pueden entrar, ¡y eso se desconoce! Acá en el complejo tenemos más de 30 internos que corren peligro, también los funcionarios que los están trasladando, porque los otros reos no los dejan acceder al patio. Muchos vienen de Santiago, quienes han tenido que aislarse en otros módulos y no teniendo la opción de ir al patio porque la población no los deja».

Apunta Pereira que «desconocemos si existe autorización de los respectivos tribunales, entendiendo que ellos al estar imputados pertenecen a los tribunales y estos deben dar la autorización del traslado a Gendarmería. Y también desconocemos si vienen con alguna cuarentena preventiva o si les han tomado algún examen PCR para descartar si están contagiados o no. Todo se hizo a escondidas de los trabajadores y de una manera siniestra, por tanto es preocupante para el personal en general y no tan sólo para el complejo, sino que también a nivel nacional, porque entiendo que no es la única unidad a donde se están trasladando internos».

La jefatura a nivel central tiene la potestad para tomar estas determinaciones, «pero debiera ser más transparente e informar al personal. Pasó cuando llegaron los 20 internos hace semanas, por tanto es lógico que de estos cien, quizás hasta un 40% o 50% pueda llegar con el virus».

Pereira explica que no existe una instancia preventiva de parte de Gendarmería para un protocolo más exhaustivo, en este caso para realizar los traslados, «así que cuando nosotros hablamos de una manera siniestra, es porque esconden algo, y ese algo puede ser los posibles contagios, lo que nos generará un conflicto con el resto de la población, con los funcionarios y con los familiares de los internos…».

Todo interno que ingresa al penal, que venga trasladado, «debe pasar a esos módulos de aislamiento, donde tenemos poca capacidad, y ya hoy (ayer) nos llegan cien reos más, así que no sé dónde los meterán, y no podemos tener dos internos por celda para poder cumplir con el protocolo de aislamiento. No tenemos el espacio físico para generar hoy una dependencia que cumpla con los requisitos para tener cien internos más, cuando la capacidad de los módulos es para 80…».

En ese punto, la crítica se fundamenta en que «la autoridad desconoce que tenemos este número de internos que están sin módulo. Y eso nos genera diferentes tipos de conflictos, debido a que los reos andan a la defensiva, y con armas artesanales tratan de agredir a los otros internos con cuchillos. Se decía que se podía improvisar la escuela penal, pero ésta no cumple con los protocolos, porque no tiene duchas, no tiene patios para que puedan salir, ya que son salas de clases…».

«Entendemos que no vienen con una cuarentena preventiva, tampoco con los exámenes PCR, por lo tanto no sabemos con qué realidad nos vamos a encontrar, y por eso será difícil que esos internos ingresen al patio. Si bien los vamos a encapsular en el patio 1 y 2, que son de cuarentena preventiva, no sabemos qué pasará después. La autoridad penitenciaria no ha tomado con alturas de miras esta situación, de que con estas determinaciones pueden haber muertes, pues generalmente las peleas en las cárceles, si no son intervenidas por el personal, terminan con algún fallecido, y no vamos a esperar que mueran internos para decir ‘oh, tenían razón los funcionarios de La Serena…’».

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